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Ni atole de mezquite

Por: Melitón Guevara El Día Miercoles 18 de Enero del 2023 a las 18:09

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Leo información sobre el campo. Y ya no es el que yo conocí. Por un lado, los productores rurales, tanto campesinos como pequeños propietarios, se quejan de como las políticas públicas ya no les brindan el apoyo necesario y suficiente; por otro lado, el escenario que tiene que ver con el agua, es pésimo: las lluvias no fueron suficientes y la escasez será tremenda que, por decir, en Victoria ya van a comenzar los tandeos… si no hay para tomar, menos habrá para el riego.

El campo que yo conocí ya no es el mismo. Aquel que conocí en mi niñez ha cambiado, incluso hasta en la orografía, no se diga en la composición de su población; en los cultivos y hasta en la propiedad de las tierras. A mediados de diciembre fui a Campoamor, el ejido de Padilla, que se ubica en el km. 15 en la interejidal de El Barretal y Nuevo Padilla. Regresé, a Victoria, sorprendido por lo que conocí. Las condiciones de vida se han transformado de manera gradual y cualitativamente.

NADIE SIEMBRA MAIZ.

Llegue a casa de mi tía Berna. Mi mama y ella, que son casi contemporáneas, platican y se ríen, mientras una de las señoras está preparando de comer; entre ellas, una sopa de elote que, me sorprende cuando explique que tuvo que ir hasta Padilla a comprarlos. Y la explicación es increíble: en Campoamor ya nadie siembre maíz: no hay, dijo mi tía, ni para las gallinas, menos para poner nixtamal. Hay que ir a comprarlo hasta Padilla.

En otras palabras, la gente ya no disfruta, como en otros tiempos, de cocer elotes, ya fuera entre las brasas o en una tina. ¿Qué sucedió? Las tierras están sembradas de limones o de naranjas; pero, además, otro fenómeno es que las tierras fueron vendidas o están rentadas. Por eso hay familias que yo ya no conozco, unos llegaron de otros lugares o, de plano, se vendieron o rentaron a personas que ni viven ahí. En un recuento, de la generación de mis padres, ya pocos viven y de la mía, casi todos emigraron.

NO HAY AGUA.

La escases de agua es brutal. Por ahí pasa el Rio Purificación, de chico era un maravilloso espectáculo ir al rio; había lugares muy bonitos. Ahora, esta difícil incluso ir a la orilla del mismo. Su caudal en algunas zonas se disminuye tanto, que para la zona ejidal ya no hay agua de rio: el famoso canal que cruza varios ejidos, está seco, casi destruido y había un ramal que cruzaba a un costado de la casa de la tía Berna, está destruido. Hagan de cuenta que agua para tomar y las necesidades básicas es poca: la bomba se prende solo unas horas y tienen que guardar en recipientes.

Las tierras sembradas de limón o de naranjas hagan de cuenta se ven bonitas, verdes, llenas de frutas, porque los nuevos dueños de las parcelas o sus renteros, tienen capacidad para instalar sistemas de riego mediante pozos y bombas. Y las escasas parcelas, digamos sin rentar, no se pueden sembrar por falta de agua, ni de temporal porque no hay garantía de lluvia.

TRABAJAN LA TIERRA.

En buena parte del campo, y Campoamor no es la excepción, una que otra vez recuerdan la expresión atribuida a Emiliano Zapata: la tierra es de quien la trabaja. Pero eso, ya no sucede en el campo mexicano. Desde la reforma que hizo Carlos F. Salinas, la tierra comunal es objeto de venta: la venden los campesinos y las compran quienes tienen dinero y pueden invertir. Por eso, en Campoamor, casi todas las tierras son huertas… y, hagan de cuenta, quienes eran sus dueños ahora lo más fácil es que sean empleados de sus nuevos dueños o renteros: trabajan su tierra, pero ahora como jornaleros.

NI ATOLE DE MEZQUITE.

En parte de la plática con mi tía Berna, y los primos, salieron muchos temas. Y uno de ellos fue el atole de mezquite, en son de broma dijo una de mis primas: como no llueve, al rato ni mezquites habrá, ni para hacer el atole de mezquite… En fin, la tierra es prodiga en alimentos, sin embargo, requiere de ciertas condiciones, entre ellas, la humedad y si algo falta en Campoamor es el agua para producir.

Melitón Guevara Castillo

Licenciado en Administración Pública (UAT),  Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).

Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).

Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.  

Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.

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