Tampico, Tamaulipas. - Los templos católicos han seguido aplicando las normas sanitarias como el uso del cubrebocas y del gel antibacterial, ya que se trata de una seguridad en la salud que llegó para quedarse, manifestó el obispo de la Diócesis de Tampico, José Armando Álvarez Cano. 

Indicó que la pandemia del Coronavirus no se ha ido, pese a que las autoridades federales y estatales hayan dicho que estaba controlada, y que ahora con esta nueva ola lo mejor que se puede hacer, citó, es seguir aplicando estas normas de la Secretaría de Salud para que las homilías de las diferentes parroquias se sigan desarrollando sin contratiempos.

"Sabemos que el Covid no ha tenido palabra de honor, ¿verdad?, cuántas veces ya lo hemos dado por muerto, para esto ya pasó la ola y claro que tendremos que estar al pendiente, yo creo que de hecho si ustedes han participado no se ha dejado (de usar) el cubrebocas, la mayor parte de la gente lo ha tomado como una buena medida ahorita para las enfermedades respiratorias, infecciosas, pues esto ha sido algo que vino para quedarse como algo preventivo, no se ha dejado de lado (en los templos)", precisó.

Recordó que la pandemia dejó saldos negativos a la Iglesia Católica de Tampico, como a muchas familias de la región, pues se tuvo el registro del fallecimiento de 14 sacerdotes, es por esto que la instrucción hacia los párrocos es seguir aplicando las normas que recomienda la Secretaría de Salud para estar sanos al cierre del año.

"Todos hemos sufrido situaciones muy dolorosas ya sea de enfermedad o de seres queridos que se han muerto, pues yo creo que las experiencias que hemos vivido nos tienen que hacer tomar conciencia que no tendrían que decirnos sino estar uno siempre al pendiente de esto; actualmente no hay ningún (párroco) enfermo gracias a Dios, sabemos que murieron 14 sacerdotes lo recordamos, algunos directamente de Covid, otros por algunas enfermedades que ya traían arrastrando", completó.

Es así que las homilías se siguen desarrollando, pero con los cuidados sanitarios aprendidos en las etapas más complicadas del azote de la pandemia del Coronavirus.

José Armando Álvarez Cano, obispo de la Diócesis de Tampico