Aunque en el ámbito político el mentir es una parte tristemente tan intrínseca del comportamiento del político y a estas alturas increíblemente sigue siendo más difícil encontrar personajes transparentes que aquellos que no lo son, todo tiene que tener su límite. Habrá que decir que si se sigue teniendo un ámbito de esa manera es porque la sociedad lo sigue permitiendo y/o solapando.

A estas alturas ya no debería de haber excusas ni pretextos para tratar de justificar ni malos resultados, ni actos ilícitos y menos cuando tan evidente es lo que intentan esconder. Está bien que mucha gente es complaciente y otros tantos cuentan con algún grado de ignorancia, pero no hay que confundirse, la gente no es tonta y cada vez está más informada.

¿Que si segmentos de la sociedad pueden seguir siendo manipulados? desafortunadamente sí, pero que tremendo error de algunos políticos el pensar que pueden actuar como desde hace años lo vienen haciendo y que se saldrán con la suya. Los tiempos van cambiando y ellos parecen seguir al pie de la letra con el manual del clásico político mexicano que tanto aborrece ya la gente.

Quizá ya no se comporten como López Portillo o hablen como lo hacía Salinas de Gortari pero en los hechos demuestran que siguen siendo iguales. Soberbios, descarados, corruptos, manipuladores, mentirosos, etc. Los mismos que en campañas siguen prometiendo ser la solución y que simplemente terminan siendo parte del problema.

Se dice que prometer no empobrece, pero lo que definitivamente si empobrece es cuando no solo no se cumplen esas promesas, sino que con esquemas corruptores se roban millones y millones de pesos que en lugar de ser destinados para el desarrollo social, son acaparados por un solo grupo de personas. Ante las cámaras se lamentan pregonando que es porque no hay recursos, cuando la realidad es que son ellos mismos son los que los están desviando.

Todo esto sigue incidiendo en el incremento de la inseguridad, en el atraso económico, en el deterioro de estados, ciudades y regiones que siguen frenando el progreso de nuestra nación. Se hacen esfuerzos grandes y se emprenden movimientos de cambio, pero la realidad es que es difícil extirpar al gran monstruo que representa la corrupción e impunidad.

Nuestro presidente ha sido un factor de cambio y muchos juran compartir su ideología y visión, pero solo de dientes para afuera. El verdadero cambio se demuestra con acciones claras y resultados, y no solo con levantar la mano y poner cuatro dedos como si con eso ya representaran o fueran parte de la verdadera transformación nacional.

Por ejemplo, en este arranque de nuevo gobierno estatal de Tamaulipas, se está viendo una forma distinta de hacer las cosas, faltan muchas cosas aún por enmendar, pero demuestran una genuina voluntad de generar un cambio cualitativo. Desde una mayor cercanía con la sociedad hasta comenzar con un orden administrativo tal cual se trabaja duro desde la Secretaría de Administración.

Hay muchos que tendrán que poner mucha atención a lo que sucede porque aquel que no entienda el mensaje y las nuevas formas, definitivamente se irán aislando y terminando de cavar su propia tumba.

A punto de estallar…

Varios experimentados analistas dicen que hay personajes de un organismo que tendrían que estar poniendo ya sus barbas a remojar, ya que se estaría destapando una cloaca que intentan a toda costa mantener cerrada pero que es tanta la mugre que terminará por reventar cual poderoso geiser pero de aguas muy fétidas.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)