Desafortunadamente no se consiguió el pase a la siguiente ronda, el esfuerzo fue muy admirable pero no fue suficiente. El resultado o la forma de jugar contra Argentina tristemente sellaron el destino al final del día. Hoy México salió con otra actitud y por ende con mayor capacidad para elaborar más juego y así cayeron los goles. Esa es la actitud y formación con la que se debió de salir ante la selección Argentina y seguramente el resultado hubiese sido otro.

Somos muy predecibles en ciertas actitudes, ya cuando está la cosa dura sacamos la casta o por qué demonios nuestra costumbre de dejar las cosas hasta el último. Aun así, el pasé estuvo cerca y de corazón deseaba que así sucediera, pero por otro lado a ver si con este mal trago ya nos cae el veinte y muy a nuestra costumbre, ahora si reaccionemos.

El otro mundial será también en nuestro país ¡y por todos los dioses! tenemos que dejarnos de cosas, prepararnos con mucho ahínco y hacer un mucho mejor papel. Cualidades existen, capacidad también, solo hay que unificar los criterios y voluntades y todos caminar en una misma dirección. Que el orgullo, el amor por nuestra patria y el deportivismo sea lo principal por encima de lo económico.

Cuando se quiere se puede y es tiempo de darle vuelta a la página y escribir una nueva historia que esté llena de mayores éxitos y felicidad. Para muchos puede ser simplemente un deporte, pero eso también trasciende en nuestro entorno nacional al ser un reflejo de nuestras formas y costumbres. En la vida no hay imposibles, todo está en nuestras mentes, espíritus y corazón.

Las grandes historias comienzan primeramente con creer que se puede y con actuar en consecuencia, rompiendo paradigmas sin continuar en una constante estigmatización. El ejemplo del vaso medio lleno-medio vacío, todo depende del cómo queremos enfrentar los retos y que tanto deseamos salir avante de aquello que nos aqueja.

En nuestro país se decía que nunca veríamos cambios fuertes y aunque muchos no lo reconozcan, en la actual administración del presidente López Obrador se ha visualizado una real intención de cambiar de rumbo. Mucho por hacer y mucho también que criticar en estos 4 años, eso es también una realidad, pero ya era hora de que la gente sintiera que el pueblo es el que dictamina y el que tiene el verdadero poder del cambio.

Y no nos vayamos tan lejos, de arranque estamos viendo algo similar aquí en nuestro estado, una forma distinta de hacer política, una administración que inicia escuchando más a la sociedad y actuando con decisión en temas importantes para los tamaulipecos. Igual que en el ejemplo anterior, hay cosas por mejorar y corregir, pero el sabor de boca es bueno.

Claro que eso lo tendrán que ir refrendando conforme pasa el tiempo, gobernar no es fácil y menos en circunstancias apremiantes, el reto es mayúsculo y así debe de ser también el empeño por sacar adelante a nuestro hermoso estado. Y toda la sociedad debe de ser más participativa, actuar más y exigir más cuando se requiera, el verdadero cambio lo haremos todos.

Algunos aspectos relevantes del inicio de la administración, son la mayor apertura y transparencia, el respeto a la equidad de género, la búsqueda de que sean primeramente los tamaulipecos que puedan conformar la administración y una evidente intención de hacer las cosas mejor.

Muchos podrán refutar que al inicio de cada administración así es, que al arranque tratan de dar la mejor cara posible y que después caen en los mismos vicios; y una opinión así es más que válida por los antecedentes históricos. Pero precisamente será el reto fuerte de la actual administración el demostrar lo contrario y más cuando el pueblo está cansado y decepcionado.

Pertenecer a la marca guinda (MORENA) no es sinónimo de hacer las cosas diferentes, tan es así que existen ejemplos claros de que pueden ser igual o peor que los representativos de otras corrientes políticas. En otras palabras, los colores no te dan los valores, esos se instruyen y se actúa conforme a un idealismo personal, ya sea por decisión propia o por haber sido inculcados.

A nuestro presidente pueden seguir tachándolo de loco, de populista, de falso, etc., pero el domingo pasado se vio una prueba del cariño que le tienen millones de mexicanos por sentirse fielmente representados. Una cosa es decir que fue un acarreo fuerte y otra es ver como miles y miles querían acercársele y mostrar su empatía hacia la causa que enarbola.

El Doctor Américo Villareal da señales de ir por el mismo camino, habiendo tenido también él de gran ejemplo a su señor padre, él parece comprender muy bien eso y aquellos que parecen no haber entendido el mensaje, seguramente irán aislándose por sus acciones que contravienen los ideales de la real cuarta transformación nacional.

Después de la tormenta viene la calma y después de haber sufrido un revés hay que tener las ganas y el coraje para sobreponerse. Y no siempre cuando solo se gana se debe uno de llenar de orgullo por haber nacido en una tierra mística, llena de historia, cultura y mucha identidad.

Definitivamente como México no hay dos y está en nuestras manos mostrarnos primeramente a nosotros mismos lo que somos capaces de hacer y después que el mundo vea de que realmente estamos hechos los mexicanos. Y en lo personal pienso y por ello expongo lo siguiente.

Ya el haber nacido en México para mí es causa de un orgullo sinigual, ahora imagínense saber que soy oriundo de la demarcación más chingona de nuestro país, nada más y nada menos que de la auténtica joya del noreste mexicano, la bella, maravillosa y siempre esplendorosa Tamaulipas.

¡Que viva Tamaulipas altiva y heroica y que viva México!

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)