No me cabe la menor duda: hoy en día el hombre más feliz, contento y alegre, es el presidente Andrés Manuel López Obrador. La multitud que lo acompaño en la marcha para festejar los logros de la 4T, ya fue calculada por el gobierno de Claudia Sheinbaum en 1200 000 asistentes; rebasa, obvio, en mucho a los 50 o 60 mil que, según AMLO, asistieron a la marcha de “el INE” no se toca.

La marcha fue, en todo caso, una demostración de la capacidad que tiene, en este momento, MORENA y la 4T para la movilización; misma que, sin la menor duda, será puesta en marcha una y otra vez en cada elección que se haga, sobre todo, en la presidencial del 2024. Así, con esto, lo obvio es que AMLO tenga la certidumbre de que está garantizada la continuidad de su proyecto.

NO ME PRESUMA.

Cuando Alfonso Martínez Domínguez era el gobernador de Nuevo León recibió en su despacho a un candidato; que emocionado le mostro fotografías, de todos los ángulos, que mostraban como en su inicio de campaña había sido arropado por el pueblo. Hagan de cuenta, la plaza del pueblo estaba a rebosar y no se diga las calles aledañas. La respuesta del gobernador fue escueta: “No me presuma a mí, que yo sé cómo se llenan las plazas.

Efectivamente, en el siglo pasado, en la época de cuando AMLO era priista, lo más común era ver, en todos los eventos políticos, las plazas llenas, repletas de gente, era difícil caminar, así como le pasó el domingo a AMLO, que tardo 5 horas en hacer el recorrido establecido. Los acarreados eran lo común; autobuses y más autobuses, de todos los lugares. En este caso, Reforma apunta que el domingo se usaron más de 1000 autobuses.

CARDENAS Y LAS PLAZAS.

En la época del PRI, partido dominante (el siglo pasado, hasta 1988) hagan de cuenta que llenar las plazas era un deporte político; a ese acto se le identificó como una forma de “enseñar musculo”, que no es otra cosa que fuerza política. Lo vimos en la elección pasada aquí en Tamaulipas, el candidato del PAN una y otra vez mostró, en sus eventos, que tenía una enorme capacidad de convocatoria, llenaba las plazas.

En, en eso de llenar las plazas, fue un prodigio que Cuauhtémoc Cárdenas hizo una y otra vez en sus campañas presidenciales; por lo regular, se notaba la asistencia de jóvenes universitarios, digamos, deseosos de un cambio en la forma de gobernar. ¿Qué sucedió? Pues que Cárdenas no ganó la elección, siempre se dijo que, quienes asistían a sus mítines, muchos ni siquiera tenían la credencial de elector y, los que la tenían, ni se acercaban a las urnas.

ACTIVISTA NATO.

Cuando AMLO dejó al PRI su metamorfosis fue increíble: se convirtió en un activista nato. Uno a uno, sus actos opositores fueron escalando, primero en su entidad y luego, ya a nivel nacional; para él fue fácil, muy fácil, llenar las plazas durante 18 años, recuérdese las marchas y quemas de pozos petroleros, el plantón en Reforma, sobre todo a partir de que enderezo su narrativa en contra de la mafia del poder, en contra de los neoliberales, aduciendo que primero los pobres y, puede en este momento, a 4 años de su gobierno, que sus programas sociales llegan a 35 millones.

La marcha para festejar el avance de la 4T, hagan de cuenta, fue un cáliz para lo que puede hacer en las próximas elecciones presidenciales. Encabezar mítines con la corcholata nominada y, desde luego, así garantizar el triunfo electoral de MORENA en el 2024. La marcha sirvió para probar la capacidad de movilidad de su gobierno y su partido.

Melitón Guevara Castillo

Licenciado en Administración Pública (UAT),  Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).

Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).

Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.  

Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.