Terrorismo político
Hace días Victoria, la capital tamaulipeca, vivió momentos de terror. Resulta que mediante llamadas y mensajes se avisó que había bombas en varios edificios públicos; entre ellos, el Congreso del Estado y la Torre Gubernamental. Las llamadas activaron los protocolos correspondientes, provocando el desalojo de los inmuebles. De inmediato, quiérase o no, se pensó en el terrorismo, en este caso, político.
Vale recordar lo que se entiende por terrorismo: “Forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidad a los adversarios o a la población en general”. Las manifestaciones más claras han causado mucho dolor, como el caso de los aviones que chocaron con las torres gemelas.
TERROR COTIDIANO.
Nos hemos acostumbrado, al menos en ciertas zonas de México, al terror. El más evidente el que nace de los hechos que nacen del enfrentamiento entre grupos identificados como del Crimen Organizado: balaceras en Nuevo Laredo, en Reynosa, en Matamoros, así como la aparición de “ejecutados” con mantas alusivas a los enemigos que enfrentan. Y es que, aunque el gobierno diga que son enfrentamientos, de todos modos, causan temor entre la población.
No se había dado, en el caso de Tamaulipas, este tipo de amenazas de bomba. Recuerdo que, en otro tiempo, hubo algunos que indicaban escuelas y se llegó a pensar que los culpables eran alumnos que no desean asistir a la escuela o, simplemente, hacer un examen. Y es que, siempre, se desalojaba y no había clases. Nunca hubo, eso fue lo bueno, hechos que lamentar. Hoy, en memes, se llegó a pensar que fue un burócrata que no quería trabajar.
TERRORISMO POLÍTICO.
El aviso de bombas en edificios públicos arrecio una pugna política que, por lo que se ve, aún persiste: la pugna de los que perdieron el poder y los que llegaron. Tanto que Héctor Joel Villegas, el Secretario General de Gobierno, acuso directamente a panistas y a exfuncionarios del gobierno anterior. Claro, no dio, ninguna evidencia o prueba, solo su creencia. Dijo el funcionario público:
“No podemos tolerar que aquellos que durante seis años causaron tanto daño y saquearon a Tamaulipas, utilizando además a las instituciones de procuración de justicia a su antojo, pretendan seguir provocando situaciones para frenar a un gobierno honesto y responsable que está sentando las bases de la transformación en apego a los principios de honestidad y justicia”.
Lo bueno, sin embargo, es que Irving Barrios el Fiscal, ya salió al paso informando que se identificaron las llamadas, los mensajes y hasta a uno de los responsables de las mismas. Así que, tarde o temprano, el fiscal informará de los avances y se conocerá origen e intenciones del “terrorismo político”.
EL PUEBLO BUENO.
Los pleitos del poder, de quienes tienen el poder y no quieren perderlo, de quienes luchan contra el poder, siguen la misma regla: usan al pueblo, al pueblo bueno, como medio para lograr su propósito… luego, se olvidan de él.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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