Consejos de un gobernador (AVG)
Hace años, poco más de una década para ser más exactos. me encontraba haciendo mi ejercicio usual de correr por las tardes, y en el trayecto que solía recorrer, pasaba por enfrente de la casa del Ing. Américo Villarreal Guerra, el cual por cierto cuando lo veía siempre muy amable saludaba. En una ocasión me tocó que él salió brevemente mientras yo pasaba caminando y en ese momento decidí pararme para saludarle y a su vez expresarle mi admiración, ya que en la era cuando él fue gobernador, fue cuando inició una mayor pasión personal mía por asuntos de la política y del gobierno.
Pues la plática fue muy amena y se extendía mientras yo le pedía consejos y él recordaba anécdotas, pasaba el tiempo y él muy amable como siempre me daba el gusto de conversar y a la par aprender de un político y persona admirable. En aquel entonces yo laboraba en el gobierno del estado de Tamaulipas y aunque siempre agradecido por la oportunidad y la época, si me tocó pasar por momentos duros y episodios tristemente muy característicos pertinentes a las injusticias en el sistema gubernamental.
Ante eso, él me dijo que el ambiente de gobierno nunca era fácil igual que el político, que, aunque los ideales de uno estuvieran muy firmes, existían muchas costumbres arraigadas en los sistemas que terminaban afectando. Pero me recordó que, si uno perduraba, eran muchos los aprendizajes que se ganaban y que al final del día, la gente recordaba a las personas por sus acciones y que aunque en el momento no pareciera a veces eso muy reconfortante, que sería el mejor legado que uno pudiera dejar.
Y precisamente esa mentalidad fue la que lo llevó a ser recordado como uno de los gobernadores más serios y pulcros, con una suma importante de acciones y obras trascendentales para Tamaulipas. Esa fue una de varias pláticas que posteriormente sostuve con él cuando coincidíamos y nunca se me olvida que cuando eso sucedía siempre me preguntaba cómo me estaba yendo.
Haciendo remembranza recuerdo también su vasto conocimiento en temas hidráulicos y su visión muy clara y tan acertada que hasta la fecha vemos los resultados de sus acciones como lo es la dotación de agua del acueducto Guadalupe Victoria a la capital tamaulipeca, por poner un ejemplo. Hay que recalcar que después de él, los gobernadores que ha tenido Tamaulipas han sido por las acciones de cada cual, administraciones controversiales, tan así que entre escándalos y aprehensiones, Tamaulipas ha dado mucho de qué hablar en el entorno nacional.
Aquel hombre trabajador y afable ahora ve como su hijo sigue sus pasos y se dispone a escribir su propia historia, con valores bien inculcados y con un real entendimiento de la situación prevaleciente. El ex senador de la república y ahora gobernador constitucional del estado de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, tiene una gran encomienda enfrente de él, con retos importantes y una ciudadanía cada vez más participativa, crítica y con menos paciencia.
Aquellas pláticas y consejos fue una parte importante de inicio que me llevó a darle mi apoyo al actual gobernador, desde su campaña a senador y más recientemente participando activamente en la pasada campaña a gobernador. En lo personal tanto los ideales como la preparación, son cualidades con las cuales me identifico y que sin duda tienen que permear más en los ámbitos políticos administrativos.
Le di mi voto de confianza al Dr. Américo Villarreal Anaya y ahora daré mi respaldo para fortalecer a un gran estado, el más hermoso de toda la nación, una tierra bendecida por dios, la siempre altiva y heroica Tamaulipas. Un genuino amor que se debe de demostrar con acciones y aún en las horas más aciagas igual que ella daré mi sangre y mi vida para que en todo Tamaulipas siempre vibre la voz de justicia y libertad.
Y de esa manera seguiré labrando mi legado, como bien me aconsejó hace años el Ing. Américo Villarreal Guerra.
Hablando de remembranzas…
Un 10 de noviembre del 2014, nace la columna Redención Intelectual y sobre aquella primera colaboración escrita comenté en aquel año:
“En estos días y con un primer artículo inicio una nueva faceta de mi vida, después de muchas horas y años de leer artículos, columnas, noticias, estudios, de escribir historias, poesía o simplemente mis pensamientos; finalmente me decidí a plasmar mi punto de vista a través de una columna, compartiendo mi perspectiva de nuestro entorno en un escrito fresco, dinámico pero sobre todo sincero y propositivo, con un ojo crítico y a su vez ecuánime que buscará dilucidar o discernir pero sobre todo generar una empatía con aquellos lectores que valoren la veracidad y los conceptos de un idealista soñador que ama a su patria.
Y con este firme propósito nace la columna: “Redención Intelectual”
¿Y por qué?
Porque es tiempo de redimir no solo a nuestra sociedad sino a nuestra mente, al intelecto, es tiempo de apostarle a nosotros, al conocimiento y no al entretenimiento, es tiempo de construir y no destruir. Una sociedad educada es aquella que tiene mayores posibilidades de salir adelante y de generar una mayor estabilidad social, tan necesaria en nuestros tiempos.”
Ocho años y contando…
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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