Tampico, Tamaulipas.- Son muy comentadas y narradas en reuniones de café o encuentros casuales las supuestas apariciones de fantasmas o espíritus que ocurren en el viejo Hospital Civil de Tampico "Carlos Canseco" y en los alrededores del Cementerio Municipal porteño, que data desde 1908, así como en la Casa Gándara o en cualquier otra casona antigua del Centro Histórico. Las apariciones que supuestamente se registran van desde niños hasta mujeres y adultos, y que con el tiempo son arropadas como mitos y leyendas de nuestro pueblo.

Pero ha llamado la atención que un espectro haya aparecido en los corredores de la Iglesia Catedral porteña, y más porque quien se apareció o se manifestó, se dice, sea el obispo emérito José Luis Dibildox Martínez recientemente fallecido en 2018.

Los comentarios surgieron hace algún tiempo de parte de los mismos responsables del Obispado de Tampico, quienes lo supieron de parte de un trabajador de la construcción que acudía con cierta regularidad al templo a cumplir su función, debido a unas reparaciones que se habían autorizado por parte de la Diócesis.

No se conoce la fecha, como tampoco el nombre del obrero, pero la narración indicaría que el trabajador se encontró con el obispo José Luis Dibildox Martínez en un pasillo de la Iglesia Catedral, que sería a espaldas del altar, incluso al parecer trabó un diálogo muy breve, hechos que fueron conocidos más tarde cuando este hombre platicó su experiencia con sus superiores, ya que 'la aparición le había dado supuestamente algunas órdenes'.

Como no se daba con quién había ordenado algunos cambios a lo que formalmente estaba previamente pactado en materia de rehabilitación, por las características que dio el obrero de la persona a que se refería se creyó en un primer momento que no era nadie conocido salvo el ex jefe de la Iglesia Catedral porteña ya finado.

Cuando se le mostró una fotografía de monseñor Dibildox Martínez y se le dijo que ya estaba fallecido, al albañil se le pusieron los ojos en blanco, y asustado no regresó en días al templo católico. Se dice incluso que fue tal la impresión que permaneció en cama un buen tiempo.

¿MONSEÑOR DIBILDOX VINO A DAR UNAS ÚLTIMAS ÓRDENES?

Nada de esto se puede confirmar que haya acontecido salvo por lo dicho por el trabajador de la construcción, quien aseguró que el hombre santo lo abordó en un pasillo, y que tal vez lo reconoció por sus ropajes eclesiásticos, sin imaginar que monseñor había muerto hacía unos meses, y sepultado en un espacio de la misma Iglesia Catedral de Tampico, ubicado su sepulcro en el extremo del lado derecho si se entra al recinto religioso desde la calle Emilio Carranza.

Queda esta probable experiencia paranormal como una historia más que únicamente cuatro paredes del lugar sabrán si fue realidad o fue producto de la imaginación del sencillo hombre que cumplía una encomienda dentro de la edificación religiosa.

Otros quizá creyentes católicos la verán como una última visita al sitio santo donde como su pastor religioso durante varios años dejó las más cálidas enseñanzas de su vocación pastoral