Montan en Campeche exposición sobre el ritual del Janal Pixan
San Francisco de Campeche, Camp (Agencia Informativa de México).- El Centro INAH Campeche, en colaboración con la asociación civil Este es Campeche, presentaron la exposición temporal Los santos restos. Ritualidad y expresión en Pomuch, dispuesta en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo de Arquitectura Maya Baluarte de la Soledad.
En la muestra se exhiben cuatro osarios, procedentes de la comunidad de Pomuch, ubicada en el municipio de Hecelchakán, Campeche, y una serie de 10 imágenes que muestran la tradición del Janal Pixan, también conocida como “Comida de las ánimas”, una de las costumbres más arraigadas de la península de Yucatán.
Las fotografías, que detallan el ritual de los santos restos, son autoría de Guillermo Castrejón, Jorge Borroto, Juan Carlos Saucedo Villegas, Andy Castro y Guadalupe Ceballos. La curaduría de la exposición es del museógrafo Alejandro Zapata.
El Janal Pixan
La esencia de esta celebración radica en la unión de vivos y muertos, del 31 de octubre al 2 de noviembre, días en los que las familias se preparan para recibir a los pixanes o almas de los difuntos, explica la directora del Centro INAH Campeche, Adriana Velázquez Morlet.
“La intimidad es, ante todo, el punto medular del ritual, pues se establece una comunicación directa con el difunto, a través de sus restos: se le puede ver y se le habla como si estuviera vivo; se le cuestiona y se le cuentan las cosas sucedidas durante el año; se le acaricia y se le venera, se le ‘baña’ y se le depositan ofrendas, como agua, veladoras y flores.
“Asimismo, se pinta su ‘casa’, tal como el maya de Pomuch acostumbra hacerlo en su casa familiar, con los colores llamativos de las fachadas de las casas del pueblo, ‘para que el difunto se sienta cómodo’”, relata la arqueóloga.
Destaca que, en el Camino Real de Campeche, que comprende los municipios de Tenabo, Hecelchakán, Dzitbalché y Calkiní, existen poblaciones con costumbres funerarias particulares, las cuales incluyen la limpieza y cambio de ropa de los restos humanos depositados en los osarios.
“Después de que el difunto ha sido depositado en una fosa y transcurridos algunos años, es exhumado, y al esqueleto se le quita la tierra con una brocha, quedando así la primera ‘limpieza de huesitos’.
“En los últimos años, esta tradicional limpieza se ha popularizado mundialmente, pero también se conserva en otras comunidades de la región como Pocboc, Nunkiní, Exhacienda Santa Cruz, San Nicolás y Pucnachén, entre otras, donde al terminar la limpieza de los restos óseos, estos son devueltos al osario, sin cerrar la caja por completo, y se les enciende una vela, para que vean
su camino iluminado”, explica la arqueóloga Velázquez Morlet.
En esta ocasión, el Centro INAH Campeche presenta una muestra de esta práctica, a través de 10 imágenes, acompañadas de cuatro osarios de Pomuch.
La exhibición se presenta en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo de Arquitectura Maya Baluarte de Nuestra Señora de la Soledad, donde permanecerá hasta el 30 de noviembre.
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