En el mundo laboral tenemos que referirnos a que estamos dotados de dos sistemas de competencias para el desempeño de nuestros trabajos: Las aptitudes y las actitudes.  Las primeras tienen que ver con los conocimientos, nuestras destrezas y habilidades para desempeñar una responsabilidad, ejecutar un proyecto de trabajo o la creación de un programa o sistema que mejore el funcionamiento de una empresa pública o privada. En cambio, las actitudes tienen que ver con el carácter, con los valores, con los principios que dan el soporte a la conducta para la toma de decisiones. Todos debemos y podemos mejorar estas dos áreas de nuestra formación cuando de inicio aceptamos nuestras limitaciones y asumimos con sencillez la importancia de aprender y capacitarnos diariamente.

Las organizaciones empresariales y de servicio público demandan y requieren de personal calificado, competente y con espíritu de servicio que sepa tomar decisiones adecuadas en bien de la sociedad y de la organización a la que pertenece. Es claro que en todos los ámbitos laborales las personas que quieren ocupar un espacio de trabajo lo quieren por así convenir a sus intereses legítimos, el reto es que como en el ámbito del servicio público, no basta con querer, sino con saber y poder. Ahí precisamente es donde reside el reto de la preparación y evaluación permanente del desempeño laboral para que en base a indicadores de competitividad se puedan medir los resultados de cada servidor público o privado y evaluar sus conocimientos de igual manera que sus comportamientos.

Afortunadamente, ya existen en el ámbito público y privado una serie de indicadores cualitativos y cuantitativos que pueden medir el desempeño de servidores públicos y de la iniciativa privada. Organizaciones como el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) es un ejemplo de ello.  El Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) es un Instituto académico de gran prestigio que de igual manera investiga y publica resultados de gestiones sobre el desempeño gubernamental y su impacto en el desarrollo de las actividades de negocios. Y la Escuela de Graduados en Administración Pública del Tecnológico de Monterrey (EGAP) contribuye eficazmente a esto proceso de evaluación que es muy útil para medir la productividad gubernamental.

Algunos gobernantes son muy dados a " comprar " premios o reconocimientos a empresas que lucran con la vanidad del funcionario y le hacen un daño a la sociedad al no corresponder el resultado de gobierno con lo que efectivamente está logrando una administración.  Por ello hay que fijarnos muy bien de donde proceden esos reconocimientos que casi siempre vienen acompañados con grandes espacios pagados de publicidad en medios electrónicos, impresos y redes sociales con la finalidad de avasallar con esta información y tratar de convencer de las bondades de un gobierno que verdaderamente no está dando buenos resultados.

  De las instituciones públicas que tienen prestigio en la elaboración de indicadores de evaluación afortunadamente tenemos varias que con el paso de los años han ido consolidando sus conocimientos técnicos y afinando sus equipos de trabajo para elaborar proyectos de evaluación que sirvan para tomar mejores decisiones. Me refiero al Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) o a l Banco de México y al Instituto Nacional Electoral (INE) entre algunas otras instituciones.

    Por todo lo anterior cuando escuchemos a alguien que aspire a un puesto de elección popular, a un espacio en el gobierno o en una empresa privada, hay que pedirle que reflexione sobre que no basta con querer, sino con saber y poder. De esta manera puedes aceptar con humildad, pero igualmente con grandeza la necesidad de prepararte más y capacitarte para que en la evaluación del desempeño obtengas resultados positivos para la sociedad que tanto los requiere y mucho los reclama. Reconciliación y Reconstrucción Social.

Ramiro Ramos Salinas

Político tamaulipeco nacido en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Cuenta con un doctorado en Administración Pública y una maestría en Administración de Negocios.

Fue diputado local en la LXII Legislatura y además fue presidente del PRI en Tamaulipas.