Nuevo Laredo, Tamaulipas. - El anuncio del cierre de la frontera sur de Estados Unidos en Nuevo Laredo para los migrantes haitianos viene a darse en un momento de crisis migratoria para este puerto, en el que cada día llegaban más solicitantes para pedir asilo humanitario.

En las últimas semanas las casas migrantes y refugios temporales se habían visto rebasados, aún más de lo que tenían ya, previo al incremento al número de citas otorgadas por Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos, ente encargado de ver la entrada y salida de migrantes extranjeros.

En la última semana los migrantes, comenzaron a pernoctar afuera de los refugios, algunos llegando con casas de campaña, lonas y cobijas para obtener un lugar que les permita llegar al Puente I, donde deben ser entrevistados por las autoridades norteamericanas.

Los migrantes se encuentran afuera de centros comerciales, durmiendo en la banqueta, ocupando terrenos baldíos y casas abandonadas que limpiaron y acondicionaron para poder tener un mínimo de dignidad en su paso por la frontera.

Si bien, las autoridades de Protección Civil y Bomberos, además de Servicios Públicos ha cumplido con su deber de ofrecer agua, sanitarios y limpieza, el gran número de migrantes proveniente de otras ciudades, generó que la ciudad quedara sobrepasada.

Hombres, mujeres y niños sobreviven buscando una sombra, un lugar dónde dormir, dónde descansar o por lo menos poder hacer sus necesidades y bañarse.

Vecinos alrededor de la Casa del Migrante Nazareth rentan casas o regaderas para los migrantes, así mismo asociaciones civiles y religiosas de índole nacional e internacional, han apoyado a lo largo de los últimos días.

La situación no ha sido fácil para los migrantes, sobre todo porque hoy tienen que regresar a donde habitaban, tratar de recuperar sus trabajos en alguna otra ciudad de México, ya que los que se queden, no tienen mucha esperanza de obtener su asilo humanitario, ya que la sede para las entrevistas, cambiará de frontera.