La intención del mensaje
No sé si es posible cuantificar el tiempo que dedicamos, hombres y mujeres, a emití y a recibir mensajes. Hoy en día, ese proceso, hagan de cuenta que se incrementa de manera exponencial al uso de las redes sociales; porque es un proceso, de ida y vuelta, que está a la mano. Antes, por decir, los que no tenía tv o radio, ni se enteraban de las noticias. Hoy, casi medio mundo tiene celular, redes sociales.
Hay una realidad, incuestionable, en eso de las redes sociales. Hace días, un buen amigo, periodista, hizo un comentario que lo suscribo: hizo notar que, cada mes, paga más en la factura de los celulares que usan sus hijas. Por la cuestión del uso de los datos y recomendó: donde estén, si pueden, usen el wifi, precisamente para no gastar los datos del plan o servicio con que se cuenta.
PROCESO DE LA COMUNICACIÓN.
El esquema mínimo de comunicación incluye: un emisor o fuente, el receptor, el mensaje y el medio. Como todos nosotros, en sentido estricto, somos receptores, creo que vale la pena detenernos un poco en el emisor y en el mensaje. Cada uno de nosotros podemos ser emisores, hoy en día con las redes sociales; pero hay, digamos, emisores profesionales, como son los periodistas, los comunicadores y los influencer: y cada uno, tiene una intención, por eso, la importancia de la naturaleza del mensaje.
El mensaje puede ser informativo; con la mayor objetividad posible de cómo sucedieron los hechos; puede, sin embargo, ser manipulable: presentarse como una media verdad o mentira, sesgando la información. Puede tener la intención de manipular o incluso hasta de desinformar. Y en esta coyuntura, buena parte de los ciudadanos, o receptores, aplicamos la selectividad de emisores: no es lo mismo leer a Epigmenio Ibarra que a Carlos Loret de Mola; o leer a La Jornada o a El Universal.
EL MENSAJE POLITICO.
El mensaje que predomina en cualquier país es el político, el del Presidente de la Republica, en virtud de contar con medios y recursos para hacer más visible su mensaje. En este caso, su narrativa de antes y después de ejercer el poder, ha sido solo una: diferenciarse con quienes le antecedieron en el poder; “no somos iguales”, repite una y otra vez, ellos robaron, nosotros no somos corruptos. Y esta narrativa le ha funcionado, de tal suerte, que sigue teniendo el apoyo firme de la opinión pública.
En el caso de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya como gobernador electo, está construyendo una igual. La intención de su mensaje, de quienes potencialmente serán sus colabores, lleva una dirección: estigmatizar a los que se van… mensaje que se robustece, por una parte, porque la percepción que el pueblo tiene es que, los que se van, han abusado de la corrupción y la impunidad. En lugar de servir, piensa la gente, se sirvieron.
ACTIVISMO DEL RECEPTOR.
En un proceso normal de comunicación el receptor se convierte en un emisor. Hoy en día, es práctica muy común, por decir en las redes sociales, que lo haga con cuentas falsas, con mensajes que tienen intenciones muy claras: apuntalar a un político; atacar a unos e incluso, hagan de cuenta, amedrentar a otros con mensajes agresivos. Sobre todo, en las campañas políticas. La intención del mensaje es, por decir, demasiado obvia.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ