Desigualdad mexicana a la deriva
Hace un año, en junio del 2021 se publicaba como se aceleraba la desigualdad social y económica en México:
"En México solo el 1% de las personas concentra el 10% de los ingresos nacionales y el 10% alberga 57%, según un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)".
Ese informe, publicado en plena crisis de la pandemia del Covid-19, reconocía que en México solo el 30% pudo trabajar en línea durante este año en donde se destaca que las personas con un título universitario cuentan con más posibilidades de tener ocupaciones que les permitan esta modalidad de trabajo.
Además, 70% de los mexicanos consideró en 2020 que se gobierna en beneficio de pocos grupos de poder y no para el bien de toda la población.
El acceso a los servicios públicos básicos se evalúa como injusto en la región; los mexicanos lo consideran en un 83% para el sistema de justicia, 72% en el acceso a la salud y el 64% en la educación.
Más tarde, para el corte del año 2021, un nuevo reporte especializado sobre desigualdad en México, el World Inequality Report 2022, exhibe que en México los más pobres tienen más deudas que riqueza, mientras que el 10% de los más ricos posee hasta el 78% de los activos financieros y no financieros. Fuente: Laboratorio de las Desigualdades Mundiales. Diciembre 2021.
Mientras el 50% de los más pobres consiguen, en promedio, un ingreso per cápita de 42,700 pesos, el 10% más rico obtiene 1,335,030 pesos per cápita, anuales.
Es decir, el 10% de los más ricos concentra el 57% de los ingresos totales en México; mientras que el 50% de los más pobres apenas poseen el 9%.
De hecho, "la desigualdad de ingresos en México ha sido extrema a lo largo del siglo pasado y el presente”, indica el reporte del laboratorio comandado, entre otros, por el economista francés Thomas Piketty.
La desigualdad en México es así más grave que la que se vive a nivel mundial, donde "la mitad más pobre de la población tiene un patrimonio medio de 2,900 euros (69,351 pesos) por cada adulto, lo que en conjunto representa solo un 2% del total mundial, mientras el 10% superior concentra el 76%".
Más grave aún, se observa la desigualdad en México, entre la población de hombres contra las mujeres. De acuerdo con los datos del INEGI, presentados a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del IV Trimestre del 2021, confirman que la desigualdad salarial que existe entre mujeres y hombres se mantiene y que incluso, en algunos sectores se ha profundizado, tal como ya lo habían mostrado otros análisis en varias universidades y centros de investigación en el país.
Entre los hombres, quienes tienen ingresos de hasta un salario mínimo al día, representan el 19.8% del total de la población masculina ocupada; pero entre las mujeres, el porcentaje es de 30.8%.
La precariedad laboral es mayúscula en el país, pues del total de los hombres ocupados, el 32.61% labora 48 horas o más a la semana. El porcentaje entre las mujeres es menor, al ubicarse en 19.46%. Sin embargo, este dato no debe llevar al engaño, pues las mujeres aportan más del 70% del trabajo no remunerado en los hogares, lo cual, sumado al trabajo remunerado, supera en horas promedio de trabajo a la semana.
Por regiones, cuando hablamos de México y de sus cifras promedio las enormes diferencias entre las regiones. Es en el sur, como lleva siendo desde hace décadas, donde se concentran enormes problemas de desarrollo social -poco crecimiento, pobreza, informalidad, menos escolaridad, mayor desigualdad-. Los tres estados con menor productividad del país estén en esa región: Oaxaca, Guerrero y Chiapas.
De acuerdo al informe más actualizado del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO Marzo 2022), que analiza a los estados del país desde hace más de una década a través de 72 indicadores en el Índice de Competitividad Estatal, muestra, en su edición más reciente, que de las cinco entidades menos competitivas, cuatro están en el sur: Tabasco, Oaxaca, Chiapas y Guerrero. Guerrero ha ocupado la última posición en todas las ediciones del índice mencionado.
Finalmente, para la pobreza en México entre las zonas urbanas vs rurales, el cambio porcentual anual de la línea de pobreza extrema por ingresos (canasta alimentaria) en febrero de 2022, fue de 13.9% en el ámbito rural y de 12.8% en el urbano.
Estos incrementos fueron superiores a la inflación general anual, la cual fue de 7.3%.
Podemos inferir, que en México el gobierno autonombrado como "Transformador", solo se ha quedado en el discurso, con todo y el impulso logrado en los incrementos inusuales e inéditos en los salarios mínimos. Estos aumentos se han visto impactados tanto por el impacto negativo de la pandemia del Covid-19 entre 2020 y finales del 2021.
Pero lo más grave, han sido las faltas de programas alternativos de choque económico, dirigidos tanto a las pequeñas y medianas empresas -pymes- mexicanas, como una política de rescate al campo mexicano y la pesca de subsistencia...
Jorge Alfredo Lera Mejía
Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).
Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.
Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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