Mina López galopa en Festival Deportivo Ecuestre como bicampeona en rodeo
Ciudad de México. - Mina López Macias es una esas vaqueras que desde niña iniciaron a amarrar vaquillas y arrear caballos en medio de los amplios llanos de Guanajuato, azotados por un intenso sol y que a la postre la llevaron a ser una de las mejores del país, por lo que su presencia en el Festival Deportivo Ecuestre, que impulsa la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), dejó impresionados a propios y extraños.
Es considerada como ícono en el rodeo del país, gracias a su talento, carisma y simpatía. Es bicampeona nacional y el año pasado representó a México en el torneo Nacional Juvenil en Nebraska, Estados Unidos, donde logró imponer su estilo y garra para demostrar de lo que está hecha.
Gracias a su padre, la guanajuatense se inició en el rodeo. “Le ayudo a mi padre a las equinoterapias”, dijo a la CONADE dentro del histórico evento de deportes a caballo, que se realiza en Querétaro, donde, por cierto, se llevó un triunfo más.
En el Lienzo Charro El Pitayo, logro amarrar en un tiempo casi récord (10.32 segundos) a una chiva, una prueba en donde además de neutralizar al animal con un amarre casi perfecto, se tiene como enemigo al reloj.
Mina disfruta cada competencia y, a pesar de que en apariencia es una misma rutina, se tienen diversas situaciones a las que debe enfrentar, “es parte de este deporte en donde tanto hombres como mujeres deben estar en las mismas condiciones”.
“Estar en este nivel en México representa un orgullo y una gran responsabilidad, porque significa que debo impulsar a los jóvenes que están iniciando en este deporte”, comentó.
De estar en un deporte en donde los hombres llevan la batuta, “no es el hecho de competir con ellos, porque cada uno demuestra sus habilidades, no es el hecho de competir por hacerlo, sino hacerlo en busca de ganar”.
Indicó que en el rodeo se debe tener un vínculo con el caballo, ya que es quien lleva el máximo rendimiento, aunque también el jinete tiene su parte en el trabajo. “Al final de cuentas son seres vivos, tienen voluntad propia y la idea de este vínculo es tratar de hacer eso conexión para que entienda lo que se quiere hacer”, expresó.
Mina tuvo sus inicios en el deporte con el basquetbol, pero su amor por los equinos y los terrenos áridos, fue más poderosos que la duela y los tenis ligeros, “me gustaba, pero ahora estoy más enamorada del rodeo y gracias a Dios he tenido muchos logros”.
Representar a México es un orgullo, ya que en cada salida del ruedo se deja el alma por la nación, “es el sueño de una Mina que cuando estaba chiquita, es un sueño cumplido y ahora estamos trabajando muy duro para estar en competencias internacionales”.
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