¿Peripecias o persecuciones políticas?
Estar inmerso en el ámbito público no es fácil y mucho menos en épocas de campaña, es un hecho que las denostaciones, ataques, persecuciones, dimes y diretes, están a la orden del día. Y ni se diga cuando se está en la lucha por la gubernatura de un estado tan importante como lo es el de Tamaulipas. Simplemente basta con ver las redes sociales, noticias o escuchar las pláticas de aquellos que gustan del ámbito político, lo pernicioso supera por mucho al respeto y la tan distante concordia.
En especial en esta época estamos siendo testigos del uso masivo de claras estrategias de desinformación y calumnias, tal como lo hicieron en la campaña presidencial de Donald cuando ganó la presidencia de los Estados Unidos. En esta campaña llamó especial atención la intervención de grupos rusos con lo que llamaron guerra de desinformación “Disinformation warfare”, llevada a cabo por equipos de “trolls” rusos, financiados por el mismo gobierno. (De este tema les recomiendo se den el tiempo para ver documental de HBO “Agents of Chaos” -Agentes del caos).
Todo esto se hace para controlar la narrativa política con la firme intención de incidir en el sentir de la ciudadanía, afectando a los que son opositores buscando generar una tendencia de descredito constante o una imagen positiva mediante la alteración de los hechos factuales. Y si le sumamos que al mexicano “le encanta el pedo” pues es una mezcla perfecta para cultivar y diseminar el caos sociopolítico. Un perfecto ejemplo es lo sucedido recientemente en el palacio municipal victorense, con el caso del agente encubierto perteneciente a la policía investigadora de la fiscalía general de justicia del estado.
Con esto la mayoría de la prensa no tardó en hacer grande la nota y convertirla en un elemento para notoriamente afectar tanto al alcalde como al secretario del ayuntamiento. Mientras la misma fiscalía imputándoles cargos como la privación ilegal de la libertad y de otras garantías, abuso de autoridad, amenazas, delitos cometidos contra servidores públicos y delitos cometidos en el desempeño de funciones judiciales o administrativas.
Aquí hagamos un ejercicio congruente, ecuánime e imparcial para sacar conclusiones verdaderas y no tendenciosas. Primeramente, fue un enorme error ponerse desde un inicio de lado de la persona que detuvieron sin saber realmente cómo trascendieron los hechos o dejar que todos los personajes involucrados dieran su versión. Al personal de la ayudantía inmediatamente los tacharon de abusivos y la ciudadanía reaccionó por solo dos imágenes que difundieron en donde tenían sometido o sujeto con resguardo al agente de la policía investigadora. Esto desató un frenesí mediático el cual se aprovechó más como un claro elemento de descredito político que como un suceso para detenidamente analizar.
Tan es así, que en lugar de tomarse el tiempo para hacer un análisis más profundo del caso, casi inmediatamente giraron un citatorio de comparecencia para el Secretario del ayuntamiento. Pero la sorpresa que dejó muy mal parado a muchos, fue un subsecuente video en donde la persona de la ayudantía amablemente aborda al agente, pidiéndole una justificada explicación acerca de su comportamiento inusual y/o sospechoso y este le contesta con una mentira, diciendo que estaba ahí haciendo un trabajo de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Y al momento de revisarlo con anuencia del propio agente, encontraron que portaba un arma y hasta ese momento ya dijo que era policía investigador.
¿Si no estaba haciendo nada malo, para que mentir? Y siento que no es que el quizá hubiese querido actuar así pero el agente recibe órdenes superiores que él tiene que acatar. Claro que al encontrarle un arma y como resultado de un confuso momento que él mismo propició, el miembro del equipo de seguridad del alcalde (Ayudantía) actuó con fundamentos para controlar la situación. ¿Exagerado dijeron muchos? Exagerado el nivel de violencia que vivimos en nuestro país y en nuestro estado, los números son alarmantes y las victimas tristemente aumentan todos los días.
Caramba mis estimados lectores, ¿acaso se nos olvida que en nuestro país han asesinado a alcaldes, se nos olvida que a la misma presidencia municipal victorense hace años le habían tirado dos granadas, que apreció un cuerpo en un carro estacionado en la calle de atrás del palacio, que a un Secretario General de Gobierno lo levantaron saliendo del palacio de Gobierno que se encuentra a una corta distancia, y ahora que estamos en campaña, se nos olvida que hace años también en la recta final de una campaña asesinaron al candidato quien seguramente iba a ser próximo gobernador en aquel entonces?
Y que quede claro, no es nada en contra del agente o agentes de la policía investigadora, mis respetos, tengo amigos policías, periciales, miembros del ejército, etc., simplemente fue un suceso que debió manejarse de otra manera. Ahorita, los intereses políticos son enormes y así de enormes están siendo los sucesos que vemos para crear caos, tal cual una guerra de desinformación, ataque y persecución política.
Les recuerdo también esto, ¿acaso no fue al actual presidente de la república a quien hace años quisieron desacreditarlo mediante un desafuero, no está pasando lo mismo con nuestro propio gobernador? ¿Y apoco no hay indicios de una campaña similar en contra del edil capitalino? Así se mueven las cosas en el ámbito político, no es nada nuevo ni parece ser algo que pronto dejará de hacerse, tristemente tan es así, que así es.
Respetuosamente pediría que dejaran o dejáramos de ser menos cabrones y pasáramos todos a ser más congruentes.
Hablando de congruencia
De nueva cuenta alzó la voz el diputado José Braña Mojica para solicitar a los demás diputados generar un consenso para la aprobación del fondo de capitalidad y especialmente para generar recursos para inversiones estratégicas para implementar en infraestructura y obras para el cuidado del agua; obras importantes que tanta falta hacen. Recordó que ya hizo la petición para analizar los resultados de las auditorías realizadas al organismo operador de agua de la capital, recalcando que se castigue sin distingos de colores o grupos políticos a quienes resulten responsables del millonario desfalco.
La publicación de esta colaboración periodística no refleja la opinión Editorial de esta empresa Editora
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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