¡¡ Está muerta!!
Cuando los seres queridos de quien seguramente tenía unas horas o unos días desaparecida escuchan esas dos palabras tras el impacto y dolor seguramente su mente se llena de preguntas : ¿y si me hubiera dado tiempo se acompañarla?; ¿y Si hubiera sido más estricto para no dejar que saliera?; ¿y si hubiera…?.
Teóricamente nadie es culpable de que una jovencita o una mujer sea cual sea su edad se encuentre en su camino a un monstruo que sin miramientos engaña, ataca, mata y lo peor tira y huye.
Debanhi, Yolanda y Karina se han convertido en las últimas semanas en los casos más conocidos de feminicidio, pero no son los únicos.
La publicación de la fotografía donde Debanhi se quedó sola en medio de la nada hizo que el caso se hiciera visible-mucho más que otros- la participación directa de su padre en la búsqueda y sobre todo el saber que sus amigas la abandonaron en un taxi tras discusiones.
El caso Debanhi dejó al descubierto varías cosas pero sobre todo la falta de interés de las fiscalías (del estado que quieran ponerle ) que en principio de cuentas espera o esperaba las 72 horas para considerar a una persona desaparecida; seguido por el tan escuchado “se fue con el novio” en el caso de las niñas.
Debanhi se hizo viral gracias a esa fotografía que el taxista envió a las “amigas”.
Pero, ¿qué hubiera pasado si no se toma esa foto?, quizá los padres de esta jovencita seguirían buscando con sus propios recursos como miles de personas que siguen recorriendo brechas y campos en busca de una sola prueba para localizar a sus amados hijos de quien nadie sabe darles un dato.
Si, la fotografía que hizo visible a Debanhi también es una imagen que demuestra la realidad de nuestros jóvenes que salen de fiesta y no dimensionan los riesgos que corren.
Imposible para las autoridades poner un policía o una patrulla en cada lugar donde haya una fiesta con jóvenes, mucho menos cuidar a cada uno de ellos a la salida de estas fiestas que en muchos casos terminan en horas de la madrugada cuando está a punto de salir el sol.
Nadie parece ser responsable de estas situaciones que aprovechan los delincuentes para secuestrar niñas y someterlas a la prostitución en sitios que están a miles de kilómetros de casa; que aprovechan los enfermos, “las bestias” (permítame el término) para violentarlas, asesinarlas y ocultarlas para que nadie sepa de su delito.
¿Pero quién les da el derecho a ellos de tratar sus cuerpos como basura? ¿qué poder tienen para decidir a quién podrán encontrar sus familias y de qué forma?; ¿quién les permite a esos monstruos decidir sobre la vida y destino de una familia a la que destruyen?
No puede ser posible dicen muchos que las jóvenes, niñas o mujeres de cualquier edad no puedan salir de sus casas a divertirse, a buscar trabajo, de compras o a cualquier otra actividad sin el temor de un ataque.
Como comentaba anteriormente ese es un problema que se debe empezar por resolver desde las escuelas y los hogares con la enseñanza de valores.
Pero lo que si pueden hacer las autoridades es trabajar en los mecanismos de apoyo a víctimas; en el personal de las fiscalías para que se dejen de pensamientos retrógradas del “ellas se lo buscaron” o “se fue con el novio” y realmente sean instrumento de ayuda a los padres o familiares.
Las que se fueron no van a regresar pero si es importante que ya no haya más cuerpos en estado de descomposición tirados cuál desechos en algún paraje solitario o en algún terreno baldío, mientras una familia desea encontrarla con vida.
Hasta aquí por hoy
Rosy Pereda Rangel
Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM
Corresponsal de TV Azteca desde hace 16 años
Actualmente coordinadora de Información de Expreso Matamoros
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