Impunidad
LO CLAROSCURO. ¡Qué maravilloso es el lenguaje humano! No importa cuál sea el idioma, el uso de la comunicación verbal nos permite que, con el apropiado uso de esta herramienta, transformemos cualquier hecho errático o de mala percepción en un hito que puede incluso ser plasmado en la historia.
Vámonos por partes.
Impunidad ¿lo primero que viene a su mente? ¡Por supuesto! Corrupción gubernamental.
Que los políticos utilicen el poder para enriquecerse a costa de las aportaciones de impuestos que generamos la sociedad y nunca les hagan nada.
La definición no está muy lejana a la praxis mencionada.
Impunidad es escapar a la sanción que amerita un delito cometido, según el derecho internacional de los derechos humanos.
Sin embargo, la concepción de ser impunes abarca ‘un poquito más’ que los hechos que señalamos.
En términos de impartición de justicia –hablando exclusivamente de México- deja a ésta, como letra muerta.
Según la revista Forbes, el Centro de Análisis de México Evalúa determinó que existe un 94.8% de impunidad en los casos denunciados ante las autoridades competentes en este país, pues “el sistema no cuenta con las herramientas de priorización ni capacidades suficientes”.
¿Los argumentos? “A nivel nacional existen 11 fiscales, 9 peritos y 14 policías ministeriales por cada cien mil habitantes en promedio”.
El informe detalla que las fiscalías y sus funcionarios están colapsados y cada vez se pueden abrir menos investigaciones.
“En la práctica, ningún delito se esclarece realmente y solo se repara el daño al 0.30% de las víctimas de un delito”.
¿Traducción? En este país, quien así lo desee puede robar, transgredir a otro, violentar, maltratar, violar y otras 300 malas acciones sin temor a que será sancionado por la autoridad, pues en los hechos… la justicia no existe.
¿Más ejemplos de impunidad? Cuando vemos los actos de violencia o de malversaciones que hacen los que gobiernan, inmediatamente le damos tres vueltas al rosario y exclamamos ¡qué perversos, merecen la hoguera!
Pero la impunidad todavía alcanza un poco más.
El adolescente que toma dinero del monedero de la madre; el padrastro que hace tocamientos a menores que le han sido encomendado su cuidado; el empleado que acosa a la compañera; el perverso que comparte fotos íntimas de una vulnerable dama. El inocente que se come las uvas del supermercado, el que roba películas de internet…
Aquí el catálogo crece exponencialmente y son ‘pequeños delitos’ que parecieran no merecer atención tal para ser considerados susceptibles de un castigo.
Pero sí lo son. Y todos quienes los cometemos… tenemos ese halo de impunidad que acaso apenas algunos reconocerán.
Con bombo y platillos ponemos en el banquillo a Lozoya por el crimen de 10 millones de dólares recibidos en ‘moches’ y los perjuicios cometidos en contra de PEMEX.
El que exista un culpable y se ofrezca a las multitudes en sacrifico, nos hará más ‘justos’ pues eliminará un poco de la impunidad tras el perjuicio a la nación.
Pero en el día a día seguiremos cruzando la luz roja; viendo películas en cuevana; cobrando la pensión de la abuelita sin que se entere; recibiendo moches para votar por políticos; colgados de la luz con diablitos y lo que se acumule.
COLOFÓN: Hace 2022 años dos fuerzas políticas contrarias midieron fuerzas a ver cuál tenía más control de sus masas. Para patentizarlo, ofrecieron matar a un inocente, cuyo mejor delito era convertir el agua en vino.
Hoy sigue esa muerte, impune. El ejecutor usó agua para lavarse las manos… y seguimos cargando la humanidad el peso de esa cruz de impunidad.
@deandaalejandro
HECTOR ALEJANDRO DE ANDA CORTEZ
Colabora en medios impresos y en portales informativos electrónicos. La Columna Claroscuro se publica desde 2007
La columna Claroscuro se publica desde el 2007 en los mismos medios, trisemanal.
Especialmente tocamos temas económicos y de política en general.
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