Esta semana sin duda el tópico de café, de sobremesa o sea la chisma para propios y extraños fue la nueva Central Avionera Felipe Ángeles, llamada solemnemente AIFA.

Cada quién lo ve como quiera, unos creen que es la obra magna del siglo que va a cambiar a México, mientras otros lo ven como un intento vulgar y pueblerino de sustituir el NACIM del Papilord Peña Nieto.

Lo cierto es que no es ni una ni otra, es un aeropuerto, funcional, a medios chiles, ni tan bonito, ni tan feo, solamente es lo que es.

Claro, tuvo sus detalles, los cuales no fueron dejados al ahí nomas, obvio muchas cosas tuvieron su razón de ser, desde los que iban a vender sus tacitas y propaganda de AMLO, hasta las alabanzas de los “Grandes” de la economía nacional (ahora resulta que no son la mafia del poder) y hasta la señora de las tlayudas (chilangas, no oaxaqueñas) que alcanzó bolsita.

Al pueblo tlayudas y circo

Claro que hizo falta el circo, se dejó entrar a medio mundo, seguidores de AMLO para hacer bulto en un aeropuerto que está allá donde da vuelta el aire, allá donde se revuelca el diablo o sea bien lejos de la mancha urbana, a tan solo 45 minutos del Centro de la Ciudad de México (sin tráfico en día festivo, a las 4:00 de la mañana).

Y esto lo digo, porque según reportes hubo acarreados, como en cualquier evento y no lo digo en mal plan, lo digo bien, obvio hay quien quería ir a apoyar a AMLO en la inauguración de esta obra magna de su gobierno, pero no tenía o no quería pagar para trasladarse.

En fin, hasta bailarines con una coreografía más fea y básica que el Baby Shark, el aserejé, el Chuchuwa o la Macarena juntos, se aventaron ahí a ritmo de “Me Canso Ganso”... y hay video como muestra de que no miento y que la vergüenza ha sido borrada de la faz de la tierra.

Ni es lo que dicen, ni lo contrario

El AIFA no está tan feo, pero tampoco está tan bonito, no es el aeropuerto que dicen que es (todavía) de ningún, ni de otro lado, así que dejen de rasgarse las vestiduras, ya que pues la mayoría y mucho menos de Tamaulipas, tenemos la necesidad de usarlo.

Lo lamentable de todo es que la señora de las tlayudas(chilangas) ya no está, no le dieron quebrada de entrar de nuevo, pero eso sí, ya la recibió el Gobierno, seguramente para reconocerla y de paso hasta le ofrecen la Secretaría de Economía, a ver si así con menos presupuesto, puede hacer más que los que están en cargo actualmente para apoyar a los microchangarros (saludos foxianos).

Es por eso que pido y exijo que el presidente de la República venga a Nuevo Laredo y visite nuestro patrimonio culinario como lo son El Padrino, los tacos de la Bolívar (de harina, papa y frijol), los tacos de asada del Chirris con su salsa de guacamole con chile de árbol, las hamburguesas al carbón de La Cabaña y los taquitos de papa de la Obregón, que sin duda han de merecerse una medalla Beilsario Domínguez.

Zafarrancho en el Rancho

Como ya me he declarado hijo pródigo de Ciudad Victoria, porque allá nací y tengo derecho de llamarle ranchito a mi Vicky City, pues procedo a señalar lo ocurrido en el Congreso.

Esa imagen de Imelda Sammiguel, leyendo su acordeón mientras detrás de ella se arma tremenda batalla campal, me recuerda cuando en la ETI 32, se armaban los zopapos y los aplicados del salón permanecían sentados, inmutados ante la barbarie que ocurría alrededor.

Lo cierto es que veo que Morena que ha perdido el control del Congreso, quiere (y debe) recuperarlo a toda costa.

Y es que no es para menos, porque dados los tiempos electorales, deben hacer ajustes muy importantes de cara a la elección para gobernador, en la que Américo Villarreal tiene amplias ventajas de obtener el triunfo.

El Estado no tiene casa en Nuevo Laredo

Ya por último es importante mencionar que después de casi 6 años el estado no tiene casa en Nuevo Laredo, ya que por años, ha dependido de las rentas que hacían o comodatos que tenían con el municipio y que hoy ya son insostenibles.

Es lógico, además de necesario ya que como cuando los recién casados contraen nupcias, no es sano que se mantengan en la casa de los papás o los suegros, ya que el muerto y el arrimado a los tres días apestan.

Así tenemos muchos ejemplos como la Junta de Conciliación y Arbitraje que después de muchos años tuvo qué moverse de una pequeña cuchilla en el Anexo al Palomar a unas oficinas, más de a fuerza que por gusto, así como la del ITEA, que ya es necesario que se mueva de lo que será la Preparatoria Carlos Canturosas.

Ya no digamos de todos los espacios que rentan que usted habrá a saber quién se queda con esa ganancia.

Así que ya no puedo decir que en este gobierno estatal pudieron haber hecho un edificio estatal para albergar varias dependencias o tener espacios dignos para sus oficinas, porque pues eso debieron pensar hace como dos años.

¡Adiós!

Mario Portillo

Periodista con más de 15 años de experiencia en televisión, radio, medios digitales e impresos.
Ha sido reportero, editor y corresponsal de medios estatales y regionales en diversas secciones desde deportes, cultura, locales y coberturas especiales en Texas.

Actualmente es corresponsal de HOYTamaulipas en Nuevo Laredo, Tamaulipas