Mal pensados
En este momento en Tamaulipas se está viviendo la polarización política. Situación que es inducida o provocada por quienes se asumen como morenistas o panistas. La sola mención de que uno u otro precandidato no es, digamos, garantía de que pueda ser un buen gobernante, de inmediato preguntan directamente: ¿a quién propones o quien, según tú, es el mejor? La cuestión es simple: si no eres un activista partidista, que esos pregonan a los 4 vientos quien es el bueno, hay que recordar que el voto es secreto.
En este momento hay la certidumbre de que solo Américo Villarreal Anaya o Cesar Verástegui pueden ganar la contienda electoral; el primero, enarbolando la bandera de los morenistas; el segundo, como representante del continuismo político, toda vez que es el candidato del PAN (con el PRD y el PRI) y que incluso fue el Secretario General de Gobierno del actual gobierno. De Arturo Diez Gutiérrez no se dice nada, toda vez que su meta es posicionar al partido, difícil que gane la contienda.
PERFILES POLITICOS.
En este momento hay dos ideas predominantes en Tamaulipas: los que piensan que va a ganar MORENA porque no quiere que gane el PAN; los que piensan que va a ganar el PAN, porque dicen que así salvan a Tamaulipas de AMLO. Son ideas que, en la práctica, tienen una y otra poco sustento: los morenistas porque están convencidos de que van a salvar a los tamaulipecos de la corrupción y generaran una transformación. Los panistas, porque piensan que el gobernador ha realizado un excelente trabajo y la gente se lo va a reconocer.
Son ideas subjetivas. Lo que no es subjetivo es que, cada uno de ellos, tiene una carrera. Américo mayormente una carrera burocrática hasta ser Subsecretario de Salud y ahora senador por la entidad; en tanto que Cesar puede presumir una carrera política que inicia como líder cañero, líder de su partido en Xicoténcatl, Presidente Municipal, diputado federal y por último Secretario General de Gobierno. Uno forjado en la autoridad burocrática; otro en la práctica y el ejercicio del poder. No sé si Cesar fue un buen Presidente Municipal; pero como diputado federal, solo cobro, faltaba mucho y no presento iniciativas de ley.
SON LOS QUE HAY.
Carlos F. Salinas es un crítico, muy puntilloso, y cuando hace referencia a los gobernantes o a los que son precandidatos, de antes y de hoy, siempre utiliza la misma expresión: pues son los que hay. Y es que, de pronto, aparece la expresión de que no hay ni a cuál irle porque no sabemos, así de plano, quien o cual es el menos malo. Y es que, por decir, siempre han dicho que para conocer a alguien es preciso darle poder. AVA no ha tenido poder; Cesar sí, pero mantuvo un perfil bajo, respetando las jerarquías.
Y esa es la cuestión: siempre, en un proceso electoral, se mantiene la esperanza de que ya no se engañara al pueblo, de que ahora si, por fin, van a cambiar las cosas. Lo cierto, innegable, es que los dos exgobernadores están en prisión, siendo juzgados por corruptos; y el otro, el actual, no se puede negar los hechos: pende sobre él una orden de aprehensión que ha sorteado con amparos y artimañas jurídicas. Así, con estos antecedentes, la esperanza tamaulipeca de que cambie o mejore la situación es, hagan de cuenta, extrema. Quien gane, tendrá un duro reto.
CUENTAN LOS VOTOS.
En lo personal creo que la moneda está en el aire. Las razones son, así de simple, que en este momento es difícil establecer el posicionamiento real de cada precandidato: 1) Está demostrado que las encuestas son publicitarias, no una medición real de la percepción ciudadana; y, por otra parte, también está comprobado que llenar plazas y zócalos, tampoco es real. Recuerdo que Alfonso Martínez Domínguez le respondió a un candidato que le presumió fotos de su cierre de campaña: yo sé cómo se llena una plaza.
Una elección se gana con un buen candidato; al que, se debe agregar, acciones para negociar votos con líderes sociales; integrar liderazgos y evitar fracturas, con recursos para hacer una buena campaña política y una estrategia de cooptación del voto, de movilización el día de la elección. Pero además cuenta que el candidato posea fortalezas, como empatía ciudadana, y si se puede, nada de debilidades… para que la guerra sucia, difícil de hacer a un lado, no le destruya sus fortalezas. Clara Luz Torres, en NL, es un ejemplo de cómo basta una sola debilidad para destruir una candidatura.
NO PERDER AMIGOS.
En redes sociales circula un mensaje advertencia: que no se pierdan amigos por culpa de la política o de los políticos; ellos, siempre, negocian y llegan a acuerdos, no se pelean, eso sí, para no destruirse comparten luchas y el poder, y solo con un fin: sobrevivir en el mundo de la política. La tolerancia política es uno de los valores de la democracia.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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