El miedo
Cuando le comente a mama que, ante el problema visual que padecía, que me pondrían 3 inyecciones en cada ojo, rápido me pregunto: ¿no tienes miedo? Y sin pensarlo, le dije: más miedo me da perder la vista. Esa es la cuestión, día a día, la sensación de miedo se nos presenta. Y son una y mil formas, de tal suerte que en la práctica vive con nosotros todos los días. Creo, sin temor a equivocarme, que nadie puede decir, exclamar, que nunca ha sentido miedo.
¿Qué es el miedo? De manera sencilla es la reacción que tenemos ante la inminencia de un peligro. Y siempre vamos a buscar la manera de escapar o de evitar, la situación que nos provoca miedo, que nos da peligro. Hay peligros que nacen del medio ambiente, otros son provocados por nuestra imprudencia o por el comportamiento de otros. Es más, estudios e investigaciones, indican que el miedo puede hasta, por sí mismo, provocar la muerte.
MEXICANOS EN PELIGRO.
Hace días Roy Campos, un experto en encuestas, presento ante los medios su último trabajo en relación con los temas de seguridad en México; y los datos son, por demás, ilustrativos sobre lo que está sucediendo. Por un lado, encuentra un dato revelador: el peligro de la inseguridad ya no es el único que nos da miedo; el otro, es la pandemia del covid-19; que, pese a que el Presidente AMLO, hace notar que no es grave, que se cura con vick vaporub, paracetamol y tés, cada día se aviva el temor.
El contexto no deja lugar a dudas: por un lado, un juez ordena a la fiscalía que fundamente que Hugo Lopez-Gattel no es culpable, vamos pues, de tantos fallecimientos por una mala estrategia del covid-19: mientras que otros nos advierten que, en un par de semanas, el 50% de la población estará contagiada. Y es que, paso a paso, ante el desproporcionado incremento de contagios, los niveles de ocupación hospitalaria ya empiezan a preocupar al propio gobierno. El peligro está presente.
EL COMPORTAMIENTO.
Vale consignar que, desde que apareció la vacuna en contra del covid-19, a lo largo y ancho del mundo, la población se divide en dos: los que aceptan vacunarse y los que, de plano, rechazan tal opción, y es que en este sentido, más de uno afirma que es una de las formas como quieren controlar a la humanidad. Los no vacunados son tantos, que en los Estados Unidos, en ciertas ciudades, hasta obsequiaban 100 dólares a quien se vacunaba. Ahí está el caso de Novak Djokovic, expulsado del Open Australiano por no querer vacunarse.
En el otro extremo estamos, digamos, los que tenemos miedo y aceptamos vacunarnos. Ya llevamos tres dosis. Y la mejor evidencia de este miedo, es observar las largas filas de personas, hombres y mujeres, para vacunarse. Incluso, con todo y que unos buscan que no se politice, tal y como lo hace el gobierno federal, en las imágenes de televisión se pudieron observar a personas, sobre todo adultos mayores, que daban gracias al Presidente… otros amplían las gracias a los Siervos de la Nación, las brigadas Correcaminos y a las enfermeras responsables de aplicar la vacuna.
OCUPACION HOSPITALARIA.
Cuando Hugo López-Gattel dijo que si había 60 mil fallecimientos sería un desastre no imaginamos que, hoy en día, ya van más de 300 mil según el registro de la Secretaria de Salud; pero que se convierten casi en medio millón, si hacemos caso a los números del INEGI. Ya en aquel entonces, más de uno, recordaba como en la pandemia de la peste en España fallecieron más en la segunda ola, que por eso, no debíamos de bajar la guardia. En este caso, ya vamos en la 4 y es cuando, lamentablemente, se están dando cifras extraordinarias de contagios… el registro del miércoles fue de más de 60 mil contagios en las últimas 24 horas.
Ayer jueves amanecimos con la noticia de que en Tamaulipas hubo un nuevo pico de contagios: 1744 y que la ocupación hospitalaria había pasado, en dos semanas, de un 20% a un 42.37% y que algunos hospitales, como el del IMSS en la capital, ya están saturados. Que AMLO diga que no es peligroso, es su experiencia, pero la de otros, puede ser diferente: mueren, es cierto, comparados con otras olas, pero el hecho es de que, no debiera de morir nadie: unos dicen que es culpa del gobierno, otros que de uno mismo, por no cuidarse.
A LA VUELTA DE LA CASA.
Con la pandemia nos sucede igual como paso con la inseguridad pública. En un principio, solo leíamos o nos platicaban que alguien había sufrido un percance de inseguridad; luego, ya no leíamos y nos platicaban, había sucedido a un familiar o a un amigo. Así sucede ahora con el covid-19: en mi caso, falleció un hermano y se contagiaron dos más. Hoy, el tema del día, es que una u otra familia esta, toda contagiada.
¿Se cumplirá el pronóstico de que, en menos de dos semanas la mitad de los mexicanos estaremos contagiados?
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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