Nueva York, NY, (Agencia Informativa de México).- La rápida propagación de la variante Ómicron de Covid-19 es una de los elementos claves e importantes que han frenado la recuperación económica este año, señala el informe 2022 World Economic Situation and Prospects (WESP), elaborado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA) de la ONU.

El informe cita un cóctel de problemas que están ralentizando la economía, a saber, nuevas oleadas de infecciones por Covid-19, mercado laboral persistente y desafíos persistentes en la cadena de suministro, y crecientes presiones inflacionarias.

Se espera, explica el informe, que la desaceleración continúe hasta el próximo año, después de una alentadora expansión del 5.5 por ciento en 2021, impulsada por un fuerte gasto de los consumidores y cierta captación de inversiones, con el comercio de bienes superando los niveles previos a la pandemia, se prevé que la producción mundial crezca sólo un 4 por ciento en 2022 y un 3.5 en 2023.

António Guterres, el Secretario General de la ONU, declaró, en la presentación del informe, que con WESP pidiendo políticas y medidas financieras mejor dirigidas y coordinadas, es hora de cerrar las brechas de desigualdad dentro y entre los países.

“Si trabajamos en solidaridad, como una sola familia humana, podemos hacer de 2022 un verdadero año de recuperación para las personas y las economías por igual”, apuntó.

Liu Zhenmin, subsecretario general del WESP, llamó la atención sobre la importancia de un enfoque global coordinado y sostenido para contener el COVID-19 que incluya el acceso universal a las vacunas y advirtió que, sin el “la pandemia seguirá planteando el mayor riesgo para una recuperación inclusiva y sostenible de la economía mundial”.

El informe predice que los países en desarrollo sufrirán un mayor impacto a largo plazo que las naciones más ricas. Se proyecta que África y América Latina y el Caribe experimenten un crecimiento significativamente menor, en comparación con las proyecciones previas a la pandemia, lo que conducirá a más pobreza y menos progreso en el desarrollo sostenible y la acción climática.

Se prevé que el número de personas que viven en la pobreza extrema se mantenga muy por encima de los niveles previos a la pandemia, y se prevé que la pobreza aumente aún más en las economías más vulnerables: en África, se prevé que el número absoluto de personas que viven en la pobreza aumente hasta 2023.

Por el contrario, se espera que las economías de los países más ricos se recuperen casi por completo el próximo año.

Las medidas financieras especiales implementadas por muchos gobiernos desde la pandemia, como rescates, protección social mejorada y apoyo laboral, deberían, dice el informe, mantenerse para garantizar una recuperación sólida.

Sin embargo, a la luz del aumento de la inflación, varios bancos centrales han comenzado a deshacer su extraordinaria respuesta monetaria a la crisis. Muchos países en desarrollo de bajos ingresos enfrentan cargas de deuda externa insostenibles, en medio de fuertes aumentos de las tasas de interés.

Los préstamos adicionales durante la pandemia y los crecientes costos del servicio de la deuda han puesto a muchos de ellos al borde de una crisis de deuda. Estos países necesitan urgentemente más apoyo internacional coordinado para el alivio de la deuda, señala el informe.