El voto antiAMLO
En mi colaboración anterior hice un comentario divergente: que había el voto obligado y el de castigo para la elección 2022 en Tamaulipas, para elegir al próximo gobernador. Haciendo énfasis en que hay el voto obligado, similar al corporativo, pero que en este caso proviene de las estructuras de poder, es decir, el gobierno estatal; y el de castigo, tan simple, es el voto que resiste y que ya no aguanta más una situación como la actual y por eso busca la alternancia.
En la práctica hay una diferenciación más grande: unos hablan del voto razonado, que no es más que votar por el partido o el candidato, según la circunstancia. Hoy, sin embargo, busco penetrar aún más a un comportamiento que no se puede negar, porque existe: el voto antiAMLO. Que, en Tamaulipas, pudiera cargarse hacia una opción política distinta a MORENA y al PAN.
QUE MUEVE AL VOTO.
Andrés Valdez Zepeda y Delia Amparo Huerta Franco han publicado texto sobre el caso: que mueve al ciudadano a votar de una u otra manera. No es el propósito hacer un recuento de cada uno, pero sin precisar cómo, unos, de plano ya no existen o son mínimos, en tanto que otros se consolidan. Por ejemplo, mencionan el voto ideológico: los hechos demuestran que los partidos políticos en México han olvidado sus principios. Si acaso, partidos pequeños como el PRD o el Verde, pero su historia muestra que olvidan fácilmente sus principios ideológicos.
Mencionan el voto racional, por el candidato, de ira, por consigna o corporativo, de hambre, por miedo, contextual, circunstancial, ganador, plebiscitario, el nulo o anulado, el útil, el ideológico o el partidista, entre otros. Vale reflexionar, entre unos y otros, y vamos a encontrar según el contexto cual prevalece: el voto por hambre, por decir, es uno que existe y nace del agradecimiento de la población a quien le proporciona, por decir, despensas, medicinas, apoyos, entre otras cosas.
VOTO ANTIAMLO.
El presidente AMLO nos ayuda en la identificación del voto antiAMLO. Lo hace cuando, en su discurso, polariza a la población: entre los que apoyan su política y quienes están en contra; entre, como dice, los neoliberales y los de la 4T. Y si nos damos una inmersión a las redes sociales vamos a encontrar, efectivamente, que hay no uno, muchos, que critican sus decisiones y acciones, muchos que muestran que no están de acuerdo con su forma de gobernar. Y en Tamaulipas, obvio, también existen ciudadanos que son antiAMLO.
La cuestión es que, ese voto antiAMLO, al menos en Tamaulipas no tiene opciones: la opción más fuerte es el PAN, que se identifica con el voto obligado; y que, esas mismas redes sociales, evidencian que, efectivamente, muchos acuden a los eventos preelectorales del partido en el poder, pero ellos mismos se encargan de hacer notar que van obligados: no hay identificación ideológica, ni por la calidad y efectividad del gobierno en su apoyo al pueblo. Y las otras opciones, como el MC, su precandidato no tiene buena imagen y si fama de ser un mal gobernante.
LA CONTRADICCION EN TAMAULIPAS.
México y Tamaulipas son contextos completamente distintos. A nivel nacional AMLO es el poder y con sus instrumentos, bien utilizados como la FGN y la UIF, neutraliza a sus opositores o de plano los aplasta; en cambio, en Tamaulipas, MORENA y AMLO son oposición y, si bien es cierto, el partido no tiene estructura, organización ni liderazgo, el efecto de la marca aglutina a todo el voto de castigo, al de ira, del miedo, del hambre, el voto útil. Porque el sentimiento, el deseo o la emoción, es que se vaya el partido que gobierna.
Por esta razón, en el caso de Tamaulipas, el voto antiAMLO se pulveriza: no tiene, vamos pues, a quien darle su voto o apuntalar. Por otra parte, hay una realidad insoslayable: el voto AMLO, su popularidad, rebasa el 60%, no disminuye pese, vamos pues, a las críticas de los neoliberales, de los medios que dice están en su contra. Las críticas o el rechazo a la forma de gobernar de AMLO no se reflejan, para nada, en las encuestas de posicionamiento.
VOTO RAZONADO.
La cuestión es votar. Por eso, unos dicen que emiten un voto razonado; otros, en cambio, hacen un voto útil, útil para sus deseos, de que no quede un candidato peor. Y hay, al fin, el voto de agradecimiento, que se confunde con el de hambre: votar por quien, sea hombre o partido, proporciona elementos para alimentarse. Lo que no debe suceder es, por decir, anular el voto, menos venderlo ese día por un par de pesos.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ