La cuesta de enero es el nombre que reciben en países como México, España y países de América Latina el conjunto de subidas de precios, tarifas y tasas que suceden al inicio de cada año, y que afectan a la capacidad de compra de los consumidores.

Se trata de una época del año que coincide con el mes de enero, en el que los comerciantes realizan el ajuste en los precios de productos y servicios, de acuerdo con la inflación en México, lo que inevitablemente impacta el bolsillo.

Este momento de doble crisis en México, por el mal manejo de la economía por el sector público, afectado más aún con el impacto de casi dos años de la pandemia del Covid-19, han provocado que a la primera quincena de diciembre la inflación anual estimada ya superé el 8% en el índice de precios del consumidor. Peor aún, el disparo de precios de los productos de la canasta básica, ya supera el 30% anualizada. Lo que ha permitido desinflar los aumentos históricos que se dieron en los salarios mínimos de los últimos dos años. 

La cuesta de enero, se da por dos principios: mal manejo de las finanzas personales y el aumento de precio en algunos productos de la canasta básica.

Es también una gran oportunidad de hacer un ajuste a nuestras finanzas, sobre todo porque la mayoría de los trabajadores ya recibieron su aguinaldo, y suelen contar con un poco más de fluidez.

Un error común de los consumidores, principalmente de las clases medias bajas y bajas, es endeudarse de corto plazo gastando más de lo que ingresan y, peor aún, solicitando créditos exprés a prestamistas, coyotes o intermediarios no bancarios tipo casas de empeño, que cobran tasas de interés exorbitantes, y se garantizan con bienes como autos, casas y joyas. Que terminan siendo incautadas a tres o cinco veces del valor del propio préstamo.

Por esta razón, hemos advertido en diversas ocasiones sobre los préstamos exprés, donde se ofrecen préstamos extraordinarios sin requisitos como comprobar ingresos o consultar el Buró de Crédito.

Sin embargo, se han registrado casos en los que se pide depósito de algún porcentaje por el total del préstamo, mismo que, después, no procede, y así se quedan con el dinero del ciudadano.

Por ello, es muy importante realizar planes o estrategias que nos permitan sortear la llamada cuesta de enero, para que las finanzas arranquen con el pie derecho y se mantengan durante todo el año.

En distintos portales, como Entrepeuner te recomiendan lo siguiente:

1. Comenzar por hacer un listado de todas las deudas que deberás pagar durante el 2022 y dividir tu salario o tus ganancias considerando cada una de ellas. De esta manera saldrás más rápido y no se extenderán por todo el año.
2. Si te ves muy sobrepasado y no consigues cubrir todas tus deudas, acude a tu banco y ve la posibilidad de alargar el plazo de algunos de tus pagos para unos meses más. Así no estarás tan apretado.
3. También, procura en este mes postergar cualquier compra que no sea necesaria o “urgente”, hasta que hayas pagado la mayoría de ellas, de lo contrario no terminarás nunca de pagar.
4. Lo ideal para tu economía sería no colapsar el presupuesto con las fiestas de fin de año y evitar hacer compras innecesarias. Pero, si ya lo hiciste, ahora tendrás que ser más cuidadoso con los gastos durante el resto del año; sobre todo hacer frente a tus deudas y evitar que éstas se conviertan en un irremediable “dolor de cabeza”. Fuente:
   Entrepreneur en español.

En conclusión, para salir adelante de una crisis como la que podríamos enfrentarnos en enero 2022, se debe comenzar a actuar incluso antes de entrar en ella, basados en los cambios que ya se han visto en los periodos anteriores.

El modelo de consumo, influido más ahora por los efectos de la pandemia del Coronavirus, ha cambiado a una velocidad impresionante y la capacidad de adaptación se ha convertido en una habilidad esencial para los consumidores y los negocios que busquen sobrevivir, además, se debe de dejar de lado todo lo que creíamos conocer y comenzar a diseñar estrategias desde un nuevo panorama...

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).

Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.

Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.