Caso Carmona: La crueldad de los políticos de Morena en Tamaulipas
No sé y no podría acusar que Sergio Carmona haya sido el benefactor, mecenas o favorecedor de muchos candidatos morenistas en las pasadas elecciones y tampoco podría señalar que el senador Américo Villarreal Anaya haya recibido millones de pesos para financiar su precampaña rumbo a la gubernatura de Tamaulipas.
Pero dice el proverbio popular “cuando el río suena…”.
Lo que llamó la atención es que quienes presuntamente fueron beneficiados por el empresario asesinado a balazos en una barbería de San Pedro Garza García, han guardado silencio sepulcral y otros tantos han buscado la forma de deslindarse, argumentando que “ellos nunca recibieron dinero y que tampoco lo volverían a recibir”.
De esos últimos, varios cayeron en el cinismo -como buenos políticos-.
Peor aún, el hombre ha sido condenado y su honor manchado por todo lo que se dijo mediáticamente, sin que hasta ahora haya una autoridad que confirme que Carmona era un bandido y quienes se beneficiaron de él, con su silencio lo han condenado sin el derecho de ser juzgado.
Pero, ¿qué hubiera pasado si de esos muchos que se dice fueron beneficiados en vez de engarrotarse y meter la cabeza bajo la tierra, hubieran tomado una postura activa sobre el personaje asesinado?
Me explico.
Imaginemos un escenario en donde el senador Américo Villarreal o el diputado Erasmo González, tras verse involucrados en el escándalo salen a los medios y dan un mensaje de esta naturaleza.
Ayer de manera cobarde, un buen hombre que se había comprometido con hacer posible que la Cuarta Transformación llegara a Tamaulipas fue asesinado y hoy su nombre es manchado por muchos que se aferran a vivir en el pasado, aunque el pueblo tamaulipeco ya no los quiera.
Me da mucho orgullo decir que Sergio Carmona fue mi amigo y sé y puedo constar sobre la calidad humana que le caracterizaba, era su sello. Un hombre comprometido con las causas justas.
Desde que lo conocí, puedo decir que fue un hombre trabajador que pudo labrar su futuro a base de esfuerzo y dedicación y que estaba convencido que era el momento de cerrar esa brecha entre ricos y pobres. Estaba convencido que esto sería posible si la Cuarta Transformación llegaba a Tamaulipas.
Y esa convicción le produjo muchos enemigos, esos hombres que luchan por conservar sus privilegios… los que son los verdaderos criminales.
Es por eso que pido a la Fiscalía General de la República que atraiga el caso e investigue hasta sus últimas consecuencias y no está demás que volteen sus ojos al Tercer Piso del Palacio de Gobierno, en donde seguramente encontrarán muchas respuestas.
¿Se imagina lo que hubiera provocado?
1.- El escándalo ya no estaría en la cancha morenista, ni en Américo, Erasmo, Olga y ni en el alcalde de Altamira, Armando Martínez, se hubiera trasladado al área panista, en donde les explotaría la bomba en la cara.
Si el que hubiera salido a dar la cara fuera Américo, tendría mayor peso porque hasta antes de la muerte de Carmona, estaba cubierto con halo de honestidad y transparencia. O sea, su mensaje hubiera sido más creíble.
2.- Seguramente la familia Carmona le llamaría agradecida por limpiar el nombre del fallecido y no tendrían empacho en darle otros 40 millones de pesos (no sé si sea verdad el cuento que eso le habían entregado), y se encargarían de que su tren no se descarrilara.
El problema fue el silencio, el problema fue que se engarrotaron y aquí uno se tendría que preguntar ¿Por qué callaron? ¿Qué ocultaban? ¿Qué querían que no se supiera?
El Filósofo de Güémez decía que en política los amigos son de mentiras y los enemigos de verdad. Es tiempo agregar una nueva frase:
Quienes negaron -como Pedro- vieron que ya no era útil, que ya no les iba a servir y cínicamente se deslindaron, pero no pensaron un poquito más luego que se engarrotaron, no supieron sacar provecho de una amenaza para pasarla a oportunidad y luego a fortaleza.
Lo que digan a partir de hoy, no tiene relevancia. Ya quedaron quemados por el escándalo y recae en ellos la duda sobre desde cuándo eran deshonestos y corruptos.
Así la historia.
PUNTO Y SEGUIDO.
Decía mi compadre Beto Rivera que en una campaña hay tres importantes targets que de conjuntarse aseguran la victoria electoral: El votante, la clase política y la clase económica.
El primero (el votante) es el más importante porque con su voto hace ganar o perder a un candidato, pero no son menos interesantes la clase política que ayuda a pavimentar en ser ungido como el abanderado y tiene gran peso los de la clase económica, porque son ellos los que se dejan caer con millones de pesos para poder costear una campaña electoral.
Y créame, una campaña electoral no es nada económica.
No sé por qué se espantan los panistas, morenistas y priístas… estos últimos -los que ponen los billetes- siempre han existido y habrán de seguir existiendo.
Sergio Carmona era de ese importante grupo que hace posible ganar o perder una elección, así de sencillo.
Comentarios Twitter @Marco_Esquivel
Marco Esquivel
Valle Hermoso, Tamaulipas 1973
Periodista, Agente de Seguros y Consultor Político
Tiene una maestría en Gobierno y Política Pública; un Máster en Gestión de Riesgos por la Ealde Business School.
En 2015 concluyó un Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política por la Universidad Camilo José Cela (Madrid, España)
Es director general del periódico digital HOYTamaulipas.
Su columna Esto se Dice se ha publicado en distintos medios de comunicación de Tamaulipas.
Como agente de Seguros, cuenta con cédula A, B y D, para intermediar seguros personales, empresariales y agrícola y ganado. Es miembro de la Million Dollar Round Table que congrega a los mejores agentes de seguros internacionalmente. Durante el 2024 terminó su certificación en seguros de vida en The American College of Financial Services.
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