Estoy tomando como guía de mis estudios sobre edición editorial la obra muy interesante de Roberto Zavala Ruiz «El libro y sus orillas», aunque me hubiera gustado poner el título en cursivas tal como debe ir, me conformo con que esta columna sea publicada bajo el formato electrónico del medio de comunicación, o de la red social a donde mando este escrito.

Desde hace unos días había estado pensando en desarrollar el presente tema ya que me parece conveniente hacer una pausa para analizar, sobre todo, para reflexionar en la importancia que tiene el uso (mas no el abuso) de las abreviaturas en textos comunes, aunque para mí este asunto tiene mucho que ver en la edición de libros.

En la obra de Zavala Ruiz viene la parte donde se habla de las Siglas y abreviaturas, y es precisamente debido a la explicación que hace el autor en este punto, principalmente en lo relacionado a las abreviaturas, por lo que ha surgido mi interés por ahondar un poco al respecto.

Aprovecho la ocasión para hacer la siguiente pregunta:

¿Por qué insistimos en economizar palabras cuando no hay necesidad de hacerlo?

En ocasiones podemos leer por Internet o en una red social, en una carta o mensaje, o en una nota periodística que en un párrafo de hasta de cinco líneas o menos podemos ver fácilmente algunas abreviaturas, como, por ejemplo: Mtro. (maestro), Excmo. (excelentísimo), Sr. (señor), Dr. (doctor), por citar estos ejemplos.

La duda sigue siendo la misma: ¿abreviamos por estética tipográfica, porque consideramos que con eso se ve bien nuestro escrito? ¿Abreviamos porque desconocemos las indicaciones o normas que se dan al respecto? ¿Abreviamos para economizar palabras? ¿Cuestión de espacio o de tiempo?

¿Por qué insistir en economizar palabras cuando tenemos en nuestras manos la oportunidad de poder expresarnos con claridad?

Recordemos que no todas las personas sabemos lo que significan ciertas abreviaturas; de todos modos, el hecho de abreviar en textos comunes no facilita la comunicación, sino la oscure.

Zavala Ruiz dice que «En el texto de libros comunes […] no deben figurar abreviaturas, a menos que vayan a pie de página o entre paréntesis […]».

Por cierto, en el libro que tengo a la mano «Ortografía práctica», del grupo editorial Oceano, dice que las abreviaturas sólo deben emplearse en textos específicos, como, por ejemplo: diccionarios, notas a pie de página o citas bibliográficas. Y advierte: «[…] Se recomienda evitar las abreviaturas en obras de texto, pues dificultan la lectura.»

En lo personal me agrada ver las palabras completas, incluso la palabra «etcétera». ¿Por qué insistir en suprimirle algunas letras? O, mejor dicho: ¿por qué insistimos en robarle algunas letras?

Desde que estuve viendo lo de las notas al pie de página tanto en el libro de Roberto Zavala Ruiz, así como de otros libros de consulta, no he dejado de estar atento al significado de cada abreviatura, en este caso las que vienen en latín, sobre todo, las más usuales en el aparato crítico.  

Una sugerencia que aportan tanto Zavala Ruiz como Jorge de Buen Unna (Manual de diseño editorial), es que tengamos precaución a la hora de escribir una abreviatura al final de una línea o al final de párrafo, pues no se ve nada bien que queden solas, como por ejemplo si ponemos la palabra «etc.». Estos autores sugieren que de preferencia vaya la palabra completa, de ser el caso: etcétera.

Otra recomendación más es que la palabra etcétera vaya completa al principio de una línea o al final de párrafo, aunque abreviada cuando vaya dentro de éste.

El tema de las abreviaturas es extenso, me atrevo a mencionar a Milagros Aleza Izquierdo cuyo trabajo es impresionante, el título de su obra es Signos ortográficos, ortotipografía y normas actuales. Ahí se puede ver en el capítulo 2 «Abreviaturas, siglas y símbolos»; es una explicación amplia, muy enriquecedora, por cierto.

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.