En los tiempos de Tomás Yarrington, cuando el Partido Revolucionario Institucional era “ley”, pese a los ligeros descalabros electorales (menos con Cavazos Lerma que le dieron una santa friega en la frontera norte), pensar en ser oposición solo era posible si se buscaba “jugar a la democracia”.

Quien se enfrentara sin la venia del señor en turno del Tercer Piso, era apostar todo su patrimonio a un sueño guajiro.

Seguramente, en la zona cañera llamó la atención que un personaje alzara la mano para competir por la alcaldía de Xicoténcatl y fue notorio el levantamiento de la mano, porque lo hacía por otro partido distinto al PRI.

César Verástegui Ostos empezó con una carrera política en ascenso. Fue alcalde, diputado federal, luego otra vez presidente municipal y luego se encargó de dirigir el destino del Partido Acción Nacional que culminó con el triunfo de ese instituto que por primera vez lograba la alternancia y le arrebataba al PRI la homogeneidad política.

Hoy su nueva empresa se llama gubernatura de Tamaulipas.

El asunto, es que cada que “El Truco” ha alzado la mano, muchos se han preguntado: “¿En serio?... ¿El truco quiere ser alcalde… diputado… gobernador?

No sé si porque sea originario de un municipio pequeño, por estar fuera de los estereotipos de la clase política, pero de una u otra forma, se le han querido bajar unas cuantas rayas o sencillamente es la incredulidad que un personaje como César Verástegui pueda apostar a proyectos políticos como el que ahora está encabezando.

Lo que debería de preocupar a los malquerientes, es que pese al asombro que les ha provocado, hasta ahora (o en la mayoría de las ocasiones), el Truco se ha sacado un as de la manga y ha logrado sus objetivos.

No vaya siendo que allá por diciembre o enero, de la sorpresa se pase a la incredulidad y luego a doblarse ante el nuevo actor político.

…

Entre las fortalezas de César Verástegui me gusta que da la impresión de un hombre franco, de trato directo, muy del pueblo.

Entre las oportunidades, tendría que anotar que debe de prepararse para la oratoria política, ya que las pocas veces que lo he escuchado hablar, no me logra convencer. Debe de practicar y practicar, porque es a través del discurso como se logra contagiar a la posibles votantes.

Si bien, “no es él”, sino un grupo de amigos los que lo promueven, una oportunidad es que ya dejen de hacer eventos en “lugares controlados” y se vayan a las ciudades grandes para empezar a enviar el mensaje que él es bien recibido en todos los niveles.

Por último, como debilidad y amenaza, está:

1.- Si bien, en campaña hay que sumar y multiplicar, habría que cuidar de esas sumas que restan y que se venden como la única coca cola del desierto.

Siendo directos ¿qué representa Tino Sáenz? ¿Qué peso tiene Alejandro Guevara? ¿Cómo podríamos llamar a Ricardo Gaviño que primero anduvo en el Verde, luego en Convergencia y ahora es la cara bonita de Todos somos Tamaulipas?: NO HAY CONGRUENCIA.

2.- En lo particular me gusta que en el barco esté Lety Salazar “haiga sido como haiga sido”, pero, ¿realmente la tienen bien amarrada?

Comentarios: Twitter @Marco_Esquivel

Marco Esquivel

Valle Hermoso, Tamaulipas 1973
Periodista, Agente de Seguros y Consultor Político

Tiene una maestría en Gobierno y Política Pública; un Máster en Gestión de Riesgos por la Ealde Business School.
En 2015 concluyó un Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política por la Universidad Camilo José Cela (Madrid, España)
Es director general del periódico digital HOYTamaulipas.
Su columna Esto se Dice se ha publicado en distintos medios de comunicación de Tamaulipas.

Como agente de Seguros, cuenta con cédula A, B y D, para intermediar seguros personales, empresariales y agrícola y ganado. Es miembro de la Million Dollar Round Table que congrega a los mejores agentes de seguros internacionalmente. Durante el 2024 terminó su certificación en seguros de vida en The American College of Financial Services.