Salir antes te agota; salir tarde, te derrota.
Lo más fácil es pensar que la campaña electoral empieza el primer día de campaña. Pero es tan obvio como falso e iluso. También se puede pensar que empieza al día siguiente de la última campaña. Lo único cierto del inicio de las elecciones no hace referencia al día o momento en concreto, sino al lugar dónde se inician.
“El inicio de la campaña electoral varía en función de si estás en el Gobierno o en la oposición. Hay que evitar la improvisación, y la mejor manera de hacerlo es iniciando las tareas de planificación y diseño con tiempo. La improvisación es el principal enemigo de quien se dispone a dirigir una campaña y, como no, de quien pretende ser algo en el espacio público de la política” (Xavi Domínguez).
Como es ya una costumbre electoral en nuestra democracia, los aspirantes a ocupar una candidatura para el cargo de Gobernador del Estado en Tamaulipas, en cada proceso de elección que se avecina, los “pretendientes” empiezan a presentarse en eventos y actividades públicas con el propósito de convertirse en candidato para la contienda electoral, organizan y promueven actos que les permitan tener presencia en la memoria de los electores.
En esa tesitura, todos los “pretendientes” empiezan a practicar el antiguo ritual de ser vistos y mencionados en todos medios posibles. “Son los tiempos” se ha dicho, los momentos en los que en la inteligencia simbólica de la política mexicana da inicio la pasarela de los aspirantes. Toda una tradición de mensajes simbólicos, forman parte y son resultado de toda una cultura política que tienen su origen en la historia del PRI y el México postrevolucionario. Son las reglas no escritas y la disciplina asumida como norma entendida de los tiempos políticos en este país. Así funcionó durante más de 70 años en el siglo pasado y todo parece indicar que en la actualidad también.
En esta tradición se ha incluido el término del “timing” político, un anglicismo que en lo que va del Siglo 21 se utiliza para describir el uso calculado del ritmo, la velocidad y las pausas en la actividad política con propósito de obtener ciertos resultados. Esta es una tarea que realizan los llamados profesionales de la política, encargados de dar lectura con sensibilidad e intuición a los momentos justos para aparecer, actuar, declarar o retirarse del escenario y los reflectores políticos a tiempo.
Ahora bien, considerando que la contienda por la elección del 2022 ya inició, considerar el “timing” político se vuelve prácticamente indispensable en cualquier estrategia de campaña en cualquiera de sus etapas y fases, como actualmente se está llevando a cabo en estos momentos por los aspirantes a las candidaturas a la gubernatura de Tamaulipas.
Ya sean campañas formales o informales, tener el pulso del tiempo es muy importante y en cualquier estrategia de comunicación política se mide desde enviar las señales públicas de interés por las aspiraciones, hasta el anuncio oficial de la candidatura. En este escenario, el “timing” político, no sólo se refiere o atiende el manejo de los tiempos y organización de los mensajes, sino sobre todo entender y anticipar riegos y oportunidades de manera oportuna, en sucesos que incluso puedan estar fuera del ámbito político o fuera de la planeación de una campaña.
El “timing” político es entonces, la experiencia y el oficio del político juntos, una fórmula cada vez más escasa en estos días.
Para el historiador y analista político Lorenzo Meyer, la política es acción, pero también discurso, es decir, la forma en la que los actores políticos presentan a sus diferentes públicos una argumentación que pretende justificar las acciones tomadas o se pretenden tomar en relación con el poder político.
Tenemos entonces que el anglicismo “timing” es un ejercicio de cálculo en la práctica de la política, en el que, ponderar la variable temporal en política permite considerar en su justa dimensión el carácter dinámico de todo proceso político, en el entendido de que son los actores políticos, con sus decisiones, cálculos y apuestas, más que las estructuras propiamente dichas, quienes ocuparan el centro de la atención.
En Tamaulipas podemos observar dos ámbitos en los que el “timing” puede medirse tanto en los gobernantes (estatal y municipal) como en los aspirantes a gobernar. A partir de este momento previo a la elección estatal se vuelve relevante su medición, lo que permite analizar el fenómeno político de nuestra democracia y el comportamiento y nivel de nuestra clase política frente al proceso electoral de 2022.
En el libro Manual del Principe, Xavi Domínguez refiere que “las campañas son fundamentalmente procesos de resistencia. Por tanto, nadie debe pretender ganar en un día, ni explicarlo todo en un día. Requieren tiempo para asimilar todas las acciones a desarrollar. Una campaña electoral es una, no se debe pecar ni por exceso ni por defecto. La clave está en encontrar la justa medida, que en cada caso será diferente dependiendo de tu situación y fundamentalmente de tu candidato o candidata”.
Salir antes de hora, te agota; salir tarde, te derrota. (Xavi Domínguez)
@Alberto_Rivera2
Alberto Rivera
Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.
Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.
Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.
Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.
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