Dan 30 años de prisión a presbiteriano de Matamoros que mató a su hijo en “ritual”
Matamoros, Tamaulipas. – Una condena de 30 años de prisión le fue dictada a un presbiteriano de Matamoros que en complicidad de sus hijas asesinó a golpes a su hijo de nueve años de edad, tras un ritual para sacarle el demonio que según ellos lo tenía poseído.
El representante social de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas obtuvo la condena en contra de Ausencio “B”, por el delito de filicidio, así como una sentencia de 12 años de prisión contra Raquel Yamileth “B”, por el delito de homicidio simple intencional.
Un Tribunal de Enjuiciamiento emitió la condena después de que el representante social acreditó fehacientemente la responsabilidad de los imputados en los citados delitos, registrados el 9 de abril del 2020 en la colonia Expo Fiesta Sur en Matamoros.
Asimismo, la autoridad judicial estableció que Ausencio “B” y Raquel Yamileth “B” deberán de pagar una multa de 126 mil 837.84 pesos por concepto de reparación del daño, a favor de la madre de la víctima.
MATARON AL NIÑO PORQUE SEGÚN ESTABA POSEÍDO DE UN DEMONIO
Se comprobó que el asesinato del infante ocurrió en la casa marcada con el número 65 de la calle Flores Magón, colonia Expofiesta Sur, sector ubicado a espaldas de la Secretaría de Seguridad Pública.
Durante la madrugada del 9 de abril el pequeño Nicolás fue prácticamente torturado por sus hermanas Raquel de 19 años, la otra de 16 años y su padre de nombre Ausencio “N”, jefe de meseros de un conocido hotel de esta ciudad.
Los detenidos, que asisten a una iglesia presbiteriana, señalaron que el niño tenía un demonio, es por eso que con “oraciones” y golpes querían sacarle el espíritu maligno que según ellos lo estaba haciendo sufrir, causándoles los hematomas y aplanándole su estómago.
Al ver que el pequeño Nicolás no reaccionaba, lo trasladaron de inmediato al Seguro Social (IMSS) de la Avenida Sexta y Mina, pero el menor llegó sin vida, por lo que personal del hospital dio aviso a las autoridades y de inmediato arrestaron a la familia tras confesar lo que habían cometido.
Lo extraño del caso es que no detuvieron a la mamá de las jovencitas y del niño que también presenció los hechos.
Por otro lado los vecinos de los acusados informaron que durante la noche y madrugada del día de los hechos efectivamente escuchaban gritos, pero pensaron que estaba “rezando” en su hogar porque la iglesia está cerrada.
Dieron a conocer que los detenidos se ven como una familia normal y no pueden creer lo que cometieron.
“Pensamos que estaban orando, incluso ya tenían días haciendo ruidos como de rezos, nunca nos imaginamos otra cosa, lo que sí se nos hizo extraño es que el perro que tienen como mascota lo soltaron”, expresaron vecinos de la familia.
Señalaron que los domingos no faltaban a la iglesia que está a una cuadra de donde viven. Pero esta vez no habían acudido porque está cerrada, debido a la emergencia sanitaria causada por el Covid-19.
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