Al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca le sobran generales
Desde que empezó el gobierno estatal que encabeza Francisco García Cabeza de Vaca, la mayoría de sus empleados de primer nivel, se han comportado como tal: Empleados, no han dado el extra para que este gobierno sea memorable.
Y la culpa no es del indio, sino de quien lo hizo compadre.
Alejados de la realidad, sintiéndose incansables y siempre con la nariz respingada como si los olores del pueblo les enfermara.
Pocos son y muy contados con la mano, los que han demostrado tener oficio político y muy pocos han podido dar resultados. Al final, bajo la lupa de los resultados, la mayoría están reprobados.
Con la mentalidad de empleados con cargo de gerentes, poco les ha importado dar resultados que se puedan medir en dividendos, ganancia o rentabilidad política.
La rentabilidad política se debe de entender es el éxito que tiene un partido en el gobierno tras las acciones que lleva a cabo para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y que estos en agradecimiento les brinde el voto en las urnas para que haya una continuidad en el gobierno.
Por ejemplo, hace siete años (en promedio) quienes salíamos a carretera íbamos con el “Jesús en la boca” por temor a sufrir un robo o secuestro. Gracias a las políticas públicas en materia de seguridad, se pudo retomar el control.
Pero lleva este gobierno cinco años en el poder y al ciudadano común, el que vota, el que decide en las urnas, se le olvidó cómo se estaba hace siete u ocho años y todavía sigue diciendo que el principal problema que tiene Tamaulipas es lo relativo a la seguridad.
El año pasado, el gobierno de Cabeza invirtió un dineral para hacer frente a la pandemia por la Covid-19, luego que el gobierno federal se hizo como “el tío lolo”. De no haber creado los hospitales móviles hubiera sido un caos, peor de lo que lo que se vivió.
No dudo de la capacidad técnica de Gloria Molina Gamboa o de José Jorge Ontiveros Molina, pero al menos a estos dos les faltó convertir sus acciones en votos para el Partido Acción Nacional. Claro, ellos se pueden defender diciendo que vinieron a realizar un trabajo que no tenía nada que ver con la política, es más, pueden decir que la política no les importa porque el día que les den las gracias se van a ir de Tamaulipas con las alforjas llenas de billetes, todo gracias a su brillante trabajo técnico.
Peor aún, cómo es posible que todavía permitan que Rómulo Garza Martínez y Álvaro Barrientos Barrón sigan pegados a la ubre presupuestal, si como encargados del brazo político social como lo es la Secretaría de Bienestar Social, fueron terriblemente torpes.
Tras los resultados desastrosos del 6 de junio, me invitaron a reunirme con un alto personaje -pero de baja estatura … política- para hablar sobre qué hacer para mejorar las cosas. En la tertulia le cuestioné si habían medido los resultados de los comités de obra y mayúscula fue mi sorpresa cuando me dijo que no se hacía o si se hacía era asunto de Bienestar Social, que a lo mucho ellos ponían unos letreros para checar si alguien salía al brinco.
Mi pregunta fue directa ¿Entonces en dónde está la rentabilidad política? ¿De qué les sirve estar invirtiendo millones en obra pública sino le sacan provecho?
Recuerdo que, en sexenios anteriores había comités de obra, estaban los comités de salud; la Secretaría de Educación tenía estructuras sólidas ¿ahora qué pasó?
De la enorme cantidad de gerentes y generales, muy pocos destacan por su trabajo, uno de ellos sin lugar a dudas es César Verástegui Ostos, quien desde la General de Gobierno ha logrado sacar pendientes y por tanto, sin discutir las formas y “haiga sido como haiga sido”, puede presumir de dar buenas cuentas.
Y párele de contar.
Hoy me da gusto que al grupo de perdedores los hayan mandado a operar desde la Secretaría de Bienestar Social, digo, creo que Yahleel Abdala y Arturo Soto le saben al teje y maneje de la política social, y espero que realmente den resultados… que no pierdan tiempo peleándose sobre quién sale más bonito/a en las fotos.
Y por lo pronto, creo que es tiempo que el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, les despoje a sus gerentes de las tres estrellas que cuelgan en su uniforme y les deje en la sobrehombrera o pala, solo el vivo del color de su arma o servicio, es decir un simple soldado y que ahora sí, desquiten el suelo y viáticos a los que ellos juran tienen derecho.
Porque la realidad es, que el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca está lleno de generales y muy poca tropa y en estos momentos, es lo que más necesita.
Comentarios: Twitter @Marco_Esquivel
Marco Esquivel
Valle Hermoso, Tamaulipas 1973
Periodista, Agente de Seguros y Consultor Político
Tiene una maestría en Gobierno y Política Pública; un Máster en Gestión de Riesgos por la Ealde Business School.
En 2015 concluyó un Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política por la Universidad Camilo José Cela (Madrid, España)
Es director general del periódico digital HOYTamaulipas.
Su columna Esto se Dice se ha publicado en distintos medios de comunicación de Tamaulipas.
Como agente de Seguros, cuenta con cédula A, B y D, para intermediar seguros personales, empresariales y agrícola y ganado. Es miembro de la Million Dollar Round Table que congrega a los mejores agentes de seguros internacionalmente. Durante el 2024 terminó su certificación en seguros de vida en The American College of Financial Services.
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