Emociones, la razón del voto
El votante suele hacerse una serie de preguntas tanto a nivel consciente como inconsciente y en las cuales los candidatos y partidos deben encajar y por tanto prestar atención.
Las campañas exitosas son aquellas que son capaces de conectar emocionalmente con el electorado y transmitir el mensaje a través de ese canal o vínculo.
Por norma general, los candidatos centran su estrategia en trabajar en mensajes cuya base sea la de los problemas que más preocupan a los votantes, dando prioridad a los mismos y ofreciendo soluciones, teóricas, pero al fin y al cabo soluciones, que puedan interiorizar los receptores del mensaje.
Los políticos que mejores resultados consiguen son aquellos que tienen éxito en combinar la emoción y la razón y suelen hacerlo de acuerdo a una serie de pasos: presentar un tema emocionalmente convincente; proporcionar un contraste entre lo que debería ser y lo que está siendo o viene en camino; explicar cómo el problema se puede solucionar y terminar emocionalmente de manera convincente.
Un aspecto central del arte de la persuasión política está en crear y solidificar la activación de las redes que crean sentimientos principalmente positivos hacia su candidato o partido y sentimientos negativos hacia el oponente. Los políticos tienen que activar estas asociaciones de carga emocional que la gente tiene hacia su familia y su país, conectando con sus experiencias y mostrando cómo van a mejorar cada una de estos aspectos en sus vidas. He aquí donde reside la importancia en cuestión.
El político, debe trabajar sobre mensajes con una alta carga emocional, los cuales en muchas ocasiones giran en torno a la dicotomía del positivismo y el negativismo, es decir, entre la parte buena que estará vinculada al candidato “a” que es el transmisor del mensaje y la mala que es la que genera, según su propia voz, su oponente u oponentes.
Sabemos que en muchas ocasiones la decisión del voto estará vinculada a asuntos que atañen directamente al bienestar personal, familiar y de la comunidad, o dicho de otra manera, a esos factores relacionados con la supervivencia y situados en nuestro cerebro reptiliano, impulsivo y que guía en muchas ocasiones nuestro comportamiento.
Por tanto, el votante suele hacerse una serie de preguntas tanto a nivel consciente como inconsciente y en las cuales los candidatos y partidos deben encajar y por tanto prestar atención:
Por todo ello, el Neuromarketing Político debe ser el sustento a través del cual trabajar en todos estos aspectos de carácter emocional, ya que son ese tipo de conexiones las que decantan la balanza en política. Hoy más que nunca, los candidatos y partidos deben ser conscientes de que en el votante se despiertan una serie de sentimientos, en muchos casos encontrados, y cuya aclaración tendrá un gran peso en la decisión final de su voto y esto es algo que no se puede ni debe obviar.
@Alberto_Rivera2
Alberto Rivera
Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.
Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.
Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.
Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.
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