Los que saben lo dicen, afirmar: el único que no se equivoca es quien no hace nada… y a quien, así se comporta, en el lenguaje de mí rancho le dicen “que nada de muertito”. ¿Es posible, en nuestros días, seguir esta regla? Parece mentira, pero si, lo estamos viendo en el contexto político, rumbo a la definición que tendrá MORENA en noviembre o diciembre sobre su candidato a gobernador. Y es que, vale recordar, que muchos persiguen a la liebre, pero solo uno la alcanza.

En este momento se puede consignar que hay un buen número de morenistas que asumen tener méritos y condiciones para abanderar a su partido en la elección del próximo año. Los nombres ya son ampliamente conocidos: Américo Villarreal Guerra, Héctor Martín Garza González, Rodolfo González Valderrama, Erasmo González, José Ramón Gómez Leal, Adrián Oseguera, Mario Alberto López, Maki Ortiz, Carmen Lilia Canturosas… sin contar que hay otros, como el suplente de Américo, que está convencido de que merece ser el candidato.

HECTOR, EL HISTORICO

El de Reynosa, mejor conocido como El Guasón, reclama hagan de cuenta el derecho histórico de ser el candidato. Para tal efecto, en la medida que puede, recuerda a los tamaulipecos que fue el único que, en otros tiempos, acompaño a AMLO a recorrer el Estado. Incluso, hasta cuenta anécdotas que, entiéndase, solo puedes platicar si eras del grupo compacto. Con esta tesis, descalifica al resto de los aspirantes, con una pregunta: ¿Dónde estaban cuando AMLO recorría, prácticamente solo, las carreteras y ciudades de la entidad?

Así, en esta coyuntura, con todo y que es guasón, pone cara de serio y afirma: “No estoy compitiendo por el afecto del Presidente”. Si esta, en cambio, compitiendo por el afecto de los tamaulipecos y, todos los fines de semana, recorre ciudades o comunidades rurales de la entidad. Y ya evoluciono: en un principio, quizá por la pandemia, eran reuniones con grupos pequeños, pero ahora no, ya casi son multitudes… el mensaje es claro: se está consolidando en el ánimo de la gente y, bueno, El Coyote se anima y afirma: es buen orador.

DESENFRENADOS O IMPACIENTES

Líneas arriba hago notar que, cuando menos, 10 tamaulipecos han levantado la mano, tal y como lo pidió en su momento Mario Delgado, para evidenciar que tienen ánimos, se sienten con méritos, con capacidad y se puede decir, hasta que lo merecen, para gobernar a la entidad. La verdad no encuentro la palabra para etiquetarlos, pero creo que me entienden, si observan las redes sociales y se dan cuenta de cómo, a cada rato, nos restriegan su imagen con un mensaje alusivo a lo que este porvenir.

José Ramón, en su condición de Coordinador de los Programas de Bienestar Social, día con día hace notar los avances, por decir, de la vacunación, de la entrega de beneficios, de las pensiones, entre otras cosas. Adrián Oseguera publicita que es el mejor alcalde del país y que, por eso, ya le llamaron de Palacio para recomendarle que se mueva; en tanto que Erasmo González, como Rodolfo González trasmite su amor por Tamaulipas, las bondades de la 4T. Maki Ortiz publicita las inversiones y obras públicas en Reynosa… en fin, unos y otros, compiten por hacer notar su amor por Tamaulipas, su vinculación a la 4T, la lealtad y fidelidad que le tienen al líder moral y real de Cuarta Transformación.

NADAR DE MUERTITO

El único que no sufre, ni se acongoja, que no compite por el afecto de AMLO ni del pueblo de Tamaulipas, es el senador Américo Villarreal Anaya: lo ha dicho, quiere ser gobernador. Y el sustento de su aspiración política, nace de la inercia de su posición (digamos a la antigüita), como del capital político heredado. Efectivamente, es cierto, también maneja las redes sociales, pero lo hace de manera discreta, difunde sus tareas institucionales, las imágenes de sus relaciones publicas con, digamos, los que están en la jugada. Su confianza, además, nace de una situación real: las distintas encuestas lo ubican como el puntero.

No hace, vaya pues, recorridos por la entidad como lo hacen Héctor Garza y Rodolfo González; ni presume ser el mejor senador, solo hace notar sus actividades como legislador y de las comisiones en que participa, en especial, que preside la de Salud. Espera, bien que lo sabe, que para ser el candidato basta un voto: el del fiel de la balanza, ese que levanta la mano de la Jefa de CdMx, porque ya la nomino como su “corcholata” preferida. Un voto decide, ya luego la votación mayoritaria de los ciudadanos confirma la elección.

Melitón Guevara Castillo

Licenciado en Administración Pública (UAT),  Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).

Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).

Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.  

Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.