A unos cuantos días que dé inicio un nuevo calendario electoral en Tamaulipas, el clima electoral comenzó a calentarse. Desde hace más de tres semanas comenzaron a circular una serie de estudios de opinión pública que alertaron a propios y extraños sobre la percepción de los electores y la consolidación del tan mentado “humor social”.

El humor social es en una sociedad la temperatura en la cual la gente hace cultura, se comunica y establece sus mensajes clave y lazos de expresión de sentimientos, ya sean positivos o negativos. Las redes sociales y la vida digital, son indicadores clave para saber cuál es el humor social.

En los países latinos muchas veces es más fácil interpretar el malestar de una sociedad, de acuerdo a sus comentarios positivos o negativos sobre un tema que agrupa todos. Y poco a poco, podemos enterarnos de los principales miedos de la sociedad, las carencias, necesidades y perversiones.

Resulta a todas luces evidente que la convivencia prolongada entre crisis sanitaria y crisis económica ha comenzado a cristalizar el humor social con el que se desarrollara la contienda electoral, y ello puede traducirse en premios y castigos.

No es nueva la preocupación de los electores por las variables económicas, sobre todo por aquellas que hacen a las condiciones materiales de su propia existencia, es decir, las que se refieren no tanto a las grandes variables macroeconómicas sino a lo que se conoce como la “economía real”.

En la jerga de los encuestadores, se suele decir que uno de los principales desafíos a la hora de captar realmente lo que la gente piensa y siente, es el eludir lo políticamente correcto. En otras palabras, a veces la gente miente en una encuesta para quedar bien. Así, cuando se le pregunta a un encuestado sobre cuál es el tema más importante, suele señalar la educación, la salud, la economía, el trabajo, etc. Estos son temas que resultan políticamente correctos de mencionar, sin embargo, pueden no ser realmente los temas que muevan finalmente el “amperímetro” electoral y que lleven a un elector a depositar su voto por uno u otro candidato.

Para captar esas percepciones más profundas y ajustadas a la realidad, los encuestadores preguntan, entre otras cuestiones, que es lo más importante para “usted y su familia”. En estos últimos días, esa pregunta llevó a que el conjunto de temas vinculados a la economía, superasen por mucho a cualquiera de los otros. Así, importantes tópicos de otras contiendas electorales como la inseguridad, la educación o la vivienda, se desplazan bastante por detrás del desempleo, la escasa capacidad de ahorro.... en definitiva, la economía.

En sintonía con ello, una de las preguntas más interesantes que ayudan a calibrar la brújula electoral, es la retrospectiva, es decir si “está mejor, igual o peor que hace un año”. La respuesta de esta pregunta resulta esclarecedora: es la economía, es decir, el pesimismo es una peligrosa constante en la opinión pública.

De acuerdo a datos observados en una encuesta reciente, realizada por Visión Global Estrategias los sentimientos que la mayoría de los tamaulipecos está experimentando durante la emergencia son temor, incertidumbre, desesperanza, zozobra, estrés por la situación actual y ansiedad por el futuro. Por otro lado, el escenario de los problemas que más le preocupan a la ciudadanía ha cambiado. Hace un año los temas prioritarios en el imaginario colectivo en Tamaulipas eran: seguridad, economía, servicios públicos y obras públicas.

Hoy en día (durante la emergencia sanitaria) los temas que más agobian a los tamaulipecos (en orden decreciente) son la situación económica, desempleo e inseguridad. La desesperación por la crisis económica y falta de recursos en el seno familiar es creciente. Sin lugar a dudas, la conversación pública versará sobre temas económicos por lo menos los próximos dos años.

Los estrategas políticos tendrán que adaptarse a la nueva normalidad que incluye la realización de campañas no tradicionales y una problemática distinta a la de los últimos años. Será relevante realizar estudios de medición cuantitativa y cualitativa que permitan identificar el humor y las percepciones sociales a fin de calibrar el mensaje político adecuado en estos tiempos de crisis sanitaria y económica. Los tiempos demandan cambios en la forma de comunicar y en la manera de hacer política.

@Alberto_Rivera2  

Alberto Rivera

Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.

Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.

Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.

Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.