La CFE con cara de Chamuco
Gritar “si se puede”, no se remite exclusivamente a un slogan de campaña política, claro que no, va mucho más allá.
En eso se basa esta historia que tiene que ver con el fatal comportamiento de los responsables de la Comisión Federal de Electricidad en Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas, que asechan a los usuarios con sus colmillos pelones.
Hace algunos años casi soy víctima de esa compañía que se nota disfruta de los ataques que a diario recibe por parte de los afectados que recurren a los medios de comunicación para desahogarse del todo.
En esa ocasión exigí a la empresa una revisión de las instalaciones eléctricas de mi casa de interés social, en razón de que los cobros ya eran excesivos, insoportables, y acudieron dos ingenieros que subieron al techo trepando por la barda porque no llevaron escalera. Me llamaron a subir y de repente caí al suelo y me fracturé un tobillo, por lo que fui a parar al hospital.
Mi pie solo dolía y soporté, pero luego, cuando ellos se fueron mi tobillo se hincho y casi alcanza el tamaño de la pierna del hombre verde “Hulk”, por lo que partí al IMSS, donde se negaron a atenderme porque no estaba afiliado, a pesar de que tenía dos años de trabajar en un medio de comunicación local.
Un amigo traumatólogo me revisó y su respuesta fue que no había fractura, solo un fuerte golpe, pero como quiera me pidió usar muleta y mucho reposo.
Paso un mes y demandé ante la PROFECO a la CFE por altos cobros y daños físicos, por lo que en el lugar me encaré con un chico “nails”, que presumía caros anillos, collares y ropa muy costosa, de esa que solo se consigue en tiendas exclusivas de Estados Unidos y el Distrito Federal.
Sus poses de metrosexual no tenían límite y le rocié la cara con palabras reflejo de mi irritación por lo que había sucedido. Su último recurso fue que amenazó con demandar a mi medio por no registrarme como derechohabiente del IMSS, lo que a su juicio era un severo delito. Pero la cosa no quedo ahí, ya que lanzo insultos contra los dueños del medio de comunicación, sin notar que con una diminuta grabadora en el bolsillo de mi camisa lo había registrado todo.
Ese material dio lugar a una página completa de un reportaje contra la CFE Victoria, por lo que el chico fresa doblo las manos. Me pagaron lo que se debía mediante la simulación de que un rayo había dañado mis aparatos de aire acondicionado, lo que provocó un apagón.
Esto, viene a colación por la manera infantil, negligente, prepotente y valemadrista con la que Gustavo Rivera Rodríguez, Gerente de la COMAPA de Victoria, califica a las autoridades de la CFE, que cortaron la luz al organismo y están por dejar sin agua a miles de victoreases que no se explican el motivo.
El funcionario municipal denunció ante la Fiscalía General de la República al superintendente, Loth Mendiola Ramírez, y a sus incondicionales Marco Hernández Hernández y Marco Gerardo Gámez, para quienes pide orden de aprehensión y comparecencias por negligencia y abusos que ponen en peligro el bienestar ciudadano.
Palabras más, palabras menos, dejó en claro que a esos tres les vale, porque han pagado multas que no rebasan los 2 mil pesos, que nada representan para una mina de riqueza.
La COMAPA le debe 34 meses de servicio a la CFE o sea 75 millones de pesos, cantidad que se alcanzó en base a que si se pagaba mensualmente 8 millones de pesos normalmente, ahora le han agregado 2 millones y medio más cada 30 días.
La Comisión de Agua trabaja en las oficinas con una planta de soporte facilitada por el Gobierno de Tamaulipas, pero eso no es suficiente para alimentar la infraestructura que necesita luz y llevar el líquido a los hogares locales.
Gustavo se siente con la suficiente firmeza para enfrentar legalmente a esos chicos fresa creídos y antipáticos que pisan a diario el cuello con zapatitos de charol y su valentía está impactando ya en los usuarios inconformes con las tarifas y el servicio de la “Empresa de clase mundial”.
Por cierto, alguien dice por allí que bueno sería que el director federal de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, dirija un ojito a la serie de calaveritas de trabajadores que va coleccionando esa empresa en Tamaulipas y no precisamente para recordar y festejar el clásico 2 de noviembre.
Lo dicho, “si se puede”.
Protegerse del Chamuco.
Correo electrónico: tecnico.lobo1@gmail.com
Javier Rosales
Columnista en Tamaulipas. Su columna Anecdotario es publicada en diversos medios de comunicación.
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