Justamente ayer escribía sobre la toma de Kabul, capital de Afganistán, nota que hoy se convirtió en portada de los periódicos más importantes del mundo. Para estas horas el tema está en todos los noticieros nacionales e internacionales y las posturas y críticas sobre el suceso son muy variadas. Recordemos que este año se cumplen 20 años desde que E.U. intervino aquel país y aunque no pareciera por la prolongación del conflicto, es considerada la guerra más longeva en la que E.U. ha participado.

Hace algunas semanas se le había cuestionado al presidente Biden sobre si este conflicto se asemejaría a la conclusión y/o retirada de los E.U. en Vietnam, y él contestaba que no, que este conflicto tiene sus propios paradigmas. De hecho los medios de comunicación tomaron una foto de ciudadanos siendo retirados de un techo en Saigón y la compararon con una recién tomada en Afganistán, como una manera de relacionar los dos desenlaces.  

Para los conocedores de asuntos internacionales o historia universal, deben de saber que este tema tiene muchas aristas y muchos subtemas en los que podemos adentrarnos. La realidad actual es que este tema generará mucha controversia, empezando por los mismos políticos estadounidenses quienes seguramente lo politizarán a todo lo que da, pero siendo ellos mismos los generadores, cómplices o espectadores en casos como el de la lucha contra los talibanes y su intervención en la guerra civil afgana.

Una gran realidad es que esto es resultado de las políticas exteriores y de la forma intervencionista en que la nación de las barras y las estrellas se ha manejado. Y en muchas ocasiones muy perversamente acorde a sus intereses bélicos y económicos, buscando desestabilizar territorios y naciones para ellos ganar más poder. Ejemplos hay muchos y solo en nuestro continente podemos enunciar  los casos de Nicaragua, Panamá, Chile, Colombia y  sin duda nuestro México. Ahora, la retirada de las tropas ya se estaba realizando, tan es así que Donald Trump firmó un acuerdo para que ello sucediera y Biden continuó.

Los mismos republicanos ahora están recriminando fuertemente a Biden cuando ellos mismos causaron este problema. Es más, en una encuesta de hace un mes, más de la mitad de los estadounidenses encuestados apoyaban la retirada de sus tropas de aquella nación. Eso es algo que ya se estaba dando, no debería sorprender que el resultado sea el que estamos viendo, ¿que quizá los Talibanes sorprendieron con su empuje? Se puede ser pero era un resultado inevitable.

Las escenas son muy fuertes al ver miles de personas queriendo salir de aquel país, y hasta aquellas lamentables tomas que muestran personas cayéndose de aviones despegando. Estados Unidos lleva culpa por entrometido y por siempre autoproclamarse como la nación libertadora mundial y por ende exagerar en querer dominar tierras hostiles lejos de su territorio cuando realmente nunca debió de meterse con ellos. Por otro lado Rusia también tiene mucho que ver al estar apoyando con armamento y financiando a la causa Talibana por intereses propios y por generarle un descalabro a su rival histórico. Ellos más que velar por la real democratización de aquel país, siempre se han movido por intereses que radican más en lo político-militar.

Recuerden, algo similar sucedió en Vietnam, las comparaciones las pueden hacer y aunque existen muchos puntos en común que puedan relacionarse, los dos conflictos tienen sus propias historias. Lo que sí es que esto debe de servir como una lección actual para la aún considerada nación más poderosa del mundo, los tiempos van cambiando, así como las circunstancias mundiales y este conflicto debe de servir como un parte aguas para el cómo deberán conducirse en torno a sus políticas internacionales en comparación con el entorno político mundial actual.       

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)