Los últimos días han sido ilustrativos para conocer los valores y principios de los políticos y gobernantes. Por un lado, hemos sido testigos como legisladores federales fueron, de una u otra manera, retrasando una decisión con tal de favorecer a dos de sus partes; uno acusado de acoso sexual y el otro de enriquecimiento ilícito. En ambos casos, quiérase o no, la actitud de los legisladores fue de complicidad.

Al hombre, dice la sagrada escritura, lo conoceréis por sus hechos. Así sucede efectivamente: al político se le etiqueta, por decir, una actitud de servicio, se le llama vocación de servicio; sin embargo, ya hace muchos años, se conoce el comportamiento de servirse, es decir, engañar y explotar, traicionar al ciudadano, a la población. Los hechos, en todo caso, los desnudan como personas sin valores y principios.

ES PROBLEMA CULTURAL.

Siempre nos han dicho que, en el caso de México, el tema de la corrupción es cultural: estamos acostumbrados a eso, a la actitud cínica, desvergonzada, de robar, de violar los principios más elementales como la honestidad, la responsabilidad. Así, entonces, para conocer a un político, nos dicen, hay que darle poder y se va a mostrar tal y cual es: voraz y corrupto, o tonto, dicen, porque no agarra lo que está a su alcance.

En México por años, por sexenios, hemos conocido a compañeros de generación, vecinos del barrio o de la ciudad, o de los círculos políticos, como de pronto pueden presumir carros, ranchos, amantes, casas nuevas. Y la única explicación, sencilla, es que robaron… que fueron tan inteligentes que en un dos por tres, en un sexenio mínimo, resolvieron su problema económico de por vida.

CORRUPCION SINDICAL.

La historia nos muestra ejemplos que no se pueden negar ni ocultar. En el sindicato petrolero como olvidar a Jarquín Hernández Galicia: que de ser un empleado, luego líder sindical, se convirtió en un ser poderoso; o ahí tienen el caso, más reciente, Carlos Romero Deschamps, cuya fortuna es incalculable, que sus hijos la evidencian día con día, y que sin embargo… el gobierno que combatió la corrupción, no le pudo hacer nada. Jubilarlo fue el mayor castigo.

Salvador Barragán Camacho fue otro, digamos, ejemplo de lo que significa la corrupción y el dinero en abundancia. Sus correrías, documentadas, por Las Vegas, apostando a manos llenas y brindando con, no digo botellas, con cajas de champan, fueron las imágenes de corrupción que se difundieron en todo el mundo. Así, como corruptos, nos conoció el mundo entero.

CULTURA Y VALORES.

En España, hace varios años, un secretario del Medio Ambiente fue descubierto un fin de semana en plan de cacería. Lo invitaron. Lo malo, vaya pues, no fue que haya cazado un venadito o un tigre. Incluso, hay que hacerlo notar, tenía permiso de cacería. El antivalor es que, se descubrió, que su permiso no correspondía a la zona donde fue a cazar. El escándalo fue grande y el final fue que renuncio.

En Estados Unidos a un General lo nominaron para que fuera Secretario de Estado. Para el efecto, la nominación tiene que ser avalada por el Senado; por lo que, antes, tiene que comparar. Tenía la cita y días antes de la misma se difundió en las medios imágenes de cómo, un fin de semana, se había echado una canita al aire con una modelo. Las imágenes lo mostraron llegando a una cabaña de campo, acompañado, y la serie mostraba que había estado ahí el fin de semana. Ante el escándalo, declinó la invitación y no asistió al Senado.

Acabamos de conocer el desenlace del gobernador de Nueva York. Fue acusado de acoso sexual, hecho que él siempre ha negado, pero ante las afirmaciones de la Fiscalía de que tenía un caso consolidado, ante la sugerencia de Biden, tomo una decisión y renuncio al cargo… Así, podemos ir enumerando uno y otro caso, de cómo en el mundo, los valores y principios de los políticos funcionan.

CONOCER AL POLITICO.

El político, el candidato, se nos presenta siempre como el idóneo para resolver la problemática que nos aqueja. Siempre hablamos de un perfil ganador; que sea empático, que le caiga bien a la gente, que sea honesto, serio y responsable. La cuestión es que siempre nos endilgan una lista de trabajos que han realizado, la cuestión: ¿conocemos sus valores y principios? ¿Tendremos que darles poder para conocerlos?, por ejemplo, el caso de Xicoténcatl González Uresti.

Melitón Guevara Castillo

Licenciado en Administración Pública (UAT),  Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).

Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).

Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.  

Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.