El fin de semana fue un día de mucho ajetreo para los periodistas del área política. Por un lado Héctor Garza González, mejor conocido como el Guasón, se reunión con dos periodistas para conversar sobre su proyecto político de ser gobernador de la entidad. Por su parte, convocados por Cendy Robles 10 periodistas locales escuchamos a Alejandro Rojas Díaz Duran, vaya pues, sobre la coyuntura de un proyecto similar.

La reunión con Alejandro fue amena, nos explicó sus orígenes, de cómo sus abuelitos vivieron en Tampico, que su abuelo fue trabajador petrolero; desmenuzo parte de su árbol genealógico, así como su vida política, las distintas tribus o grupos que conforman a MORENA e incluso, nos dio su visión de cómo AMLO resolverá su sucesión: con el corazón, la razón y, en último momento, entendí, hasta con una actitud práctica.

¿COMO LLEGO ALEJANDRO A TAMAULIPAS?

Quien me conoce, bien que sabe, que prefiero escuchar y no hablar, no hacer comentarios menos preguntas? Sin embargo, el anfitrión, ya casi para finalizar la jornada conversatoria, se dirigió directamente a mí y me pido que comentara algo. Así que obligado, no tuve más que hablar y, efectivamente, no me guarde lo que pienso, en este caso, del anfitrión de la reunión.

Llego Alejandro a Tamaulipas, eso dije, con una misión política: Hacer tronar la pólvora. Hacer ruido, enfrentar al enemigo (el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca) para sacarlo de sus casillas, hacerlo tronar y que cometiera uno y otro error. Llego, en pocas palabras, en una actitud muy de chilango, sin prejuicios y sin miedo, hagan de cuenta como si fuera un porro político. A golpear y bien que lo hizo.

DISTRACTOR Y PROVOCADOR.

Estamos acostumbrados a ver el escenario político como un tablero de ajedrez. Y en este caso, Alejandro llego y de inmediato se le identifico como uno de los peones de Ricardo Monreal, dado que es su suplente en la senaduría y que, por esa cercanía, fungía como asesor político en el Senado (afirma que ya no lo es). Sus primeros pasos, bien que se recuerdan, fue despotricar en contra del gobernador, hacer reuniones y calentar, como se dice en el argot de la seguridad pública: calentar la plaza.

En el tablero de ajedrez político de Ricardo Monreal esta, ese sí, un tamaulipeco de nacimiento: Rodolfo González Valderrama, quien, además, ha tenido el privilegio que el actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador, en alguno de sus eventos lo presento como su amigo, ponderando sus medallas políticas y académicas. Así que, en esta coyuntura, he estado convencido del papel que juega Alejando, como una pieza de Monreal: distractor y provocador.

¡SE LA CREYO!

Alejandro no llego ayer a Tamaulipas. Llego cuando empezaban a moverse las aguas políticas. Y para hacer su trabajo tuvo que recorrer la entidad, relacionarse con periodistas, con un sinfín de personajes de la política local. Así que en este momento tiene, o debe tener, un extraordinario pulso de la dinámica de la política tamaulipeca, tiene una percepción y –como muchos-, está convencido de que su partido MORENA, va a ganar la gubernatura en el año 2022, sea uno u otro el candidato. Así que, creo que por esa razón, decide salirse del guion y buscar llevar agua a su molino.

Entre los reunidos, unos hablaron más que otros –uno no quería soltar el micrófono-, se le planteo un panorama distinto a partir de una pregunta expresa: ¿Gano MORENA en Tamaulipas? Explicado con una pregunta: ¿Qué hubiera sucedido si Gattas no es el candidato en Victoria, La Borrega en Matamoros, Maquito en Reynosa o Carmen Lilia Canturosas en Nuevo Laredo? Explicación sencilla: en Victoria gano Gattas, porque tiene una estructura política que no tiene MORENA: ni líder estatal ni municipal. Acoto Cendy: no hay liderazgo.

MORENA Y LA ENCUESTA.

En resumen: la percepción de que MORENA gana la gubernatura, sea quien sea su candidato, tiene validez. Pero las razones son volátiles: MORENA no tiene, ni a nivel nacional como local, un voto duro. Tiene, eso sí, una aceptación de la imagen presidencial. La cuestión es muy diferente cuando él no está en la boleta o mando, digamos, mensajes equivocados: con la consulta, por ejemplo, una y otra vez dijo que votaría por un NO, porque su fuerte no es la venganza.

Melitón Guevara Castillo

Licenciado en Administración Pública (UAT),  Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).

Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).

Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.  

Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.