En fechas recientes, el caso del descubrimiento de cientos de te tumbas de niños “nativos”- indígenas de Canadá fue algo que debería poner a reflexionar y en total vergüenza a la humanidad. Desde los años 1800´s en Canadá el gobierno reclutaba a niños para mandarlos a escuelas residenciales (internados) con la excusa de que acudieran a estas para que pasar por un proceso de asimilación de la cultura europea. Estos internados eran auspiciados por el gobierno y en gran parte de su duración manejado por miembros de la iglesia católica romana. Muchas de estas se encontraban a cientos de kilómetros de donde vivían los infantes, literalmente desterrándolos y secuestrándolos para hacerlos pasar condiciones horrendas.

Entre muertes por enfermedades, malos cuidados, pero la terrorífica realidad de innumerables abusos físicos, entre violencia y violaciones como parte de un racismo sistémico manejado por monstruos disfrazados de religiosos. La última de este tipo de escuelas cerró sus puertas en el año de 1997 en aquel país, así es que por muchos años se supo de estos crímenes de lesa humanidad y tanto el gobierno, pero sobre todo la iglesia católica muy perversamente callaron. ¿O apoco no sabían? Lo increíble es que se está comprobando que fueron prácticas que se llevaban a cabo en todas las instituciones de este tipo. Solo en estas últimas semanas van arriba de mil tumbas no marcadas que han descubierto.

Un verdadero holocausto infantil para los niños y niñas nativos-americanos de Canadá y también de Estados Unidos. Las tumbas encontradas van desde esqueletos de infantes de tres años para adelante, tan es el escándalo que el Papa Francisco acudirá en diciembre para visitar sobrevivientes de este tipo de escuelas, pero hasta el día de hoy ningún pronunciamiento oficial por medio de la iglesia se ha hecho. El presidente Justin Trudeau condenó las atrocidades y comentó que “Aunque nunca podremos traer de vuelta aquellas vidas perdidas si podemos y lo haremos decir la verdad sobre estas injusticias, honrando por siempre su memoria.”

Nunca generalizo y siendo alguien que creció con enseñanzas del catolicismo, le doy su lugar y lo respeto pero nunca condenaré este tipo de atrocidades, que muy lamentablemente hasta el día de hoy se dan. Entre el racismo, clasismo, ideas supremacistas y mentes enfermas, continuamos viviendo entre una sociedad permisiva que se enferma cada vez que este tipo de sucesos se dan. Un ejemplo de la prevalencia de lo antes expuesto es que en días recientes en un libro acusan al expresidente Donald Trump de haber llegado a decirle a un militar colaborador, que Hitler hizo muchas cosas buenas.

Nuestro mundo sin duda sigue adoleciendo la falta de valores y mayor espiritualidad, simple e increíblemente parece que no aprendemos.

Que en Paz Descansen siempre…

Mi más sentido pésame para todos aquellos que han sufrido recientes pérdidas de sus seres queridos y amistades. En lo personal envío mis condolencias para la familia del buen amigo Álvaro George quien en días pasados trascendió ya de su estadía terrenal. Valoremos nuestras vidas y celebremos a aquellos con los que coincidimos y amistamos, los mismos que tempranamente se nos adelantaron. Bendiciones al cielo también para Karina, Juan Ángel, Carlos, Carmen y todos mis amistades con los que tuve el honor de coincidir y convivir, en mi corazón los llevo y en cualquier momento los alcanzo; En Paz Descansen Siempre.   

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)