Una realidad innegable es que cada día crece más la expectativa por la elección que se avecina el próximo mes, se ha platicado en muchos medios sobre ello y los analistas políticos se dividen en cuanto a los pronósticos. Muchos piensan que será una contienda principalmente entre dos partidos (MORENA y PAN) dado su posición política apoyado uno por el gobierno federal y el otro por el estatal. La mayoría apuesta que de los respectivos candidatos de estos partidos saldrá el próximo ganador (a) de la contienda a la alcaldía Victorense. Y haciendo un razonamiento lógico así pudiera verse, pero viéndolo de esta manera sería el estar descartando al PRI, Movimiento Ciudadano y otros partidos y candidatos independientes que también competirán.

En estos años han surgido diversas figuras con cobertura mediática que les ha logrado dar cierto reconocimiento ciudadano, algunos lo han aprovechado muy bien y otros son más por circunstancias de sus respectivas encomiendas políticas y/o administrativas. En esta elección más que nunca se siente un cambio en cuanto a la manera en la cual el ciudadano tomará su decisión, va diluyéndose el apoyo institucional partidista, abriendo paso al sufragio por la persona que estará en la boleta electoral más que por el partido. Con los acontecimientos de estos años recientes en al ámbito político municipal, existe un desencanto en torno a la figura de los políticos tradicionales, así como de las formas típicas de actuar Y/o de ser.

Esto abre un escenario interesante que pude ser aprovechado por el candidato del PRI y los demás competidores para generar mayor simpatía y por ende una mayor votación para la causa de cada cual. Los que cuentan con estructuras tienen una cierta ventaja, pero no les asegura la victoria. En las elecciones pasadas se ha comprobado que una cantidad muy importante de “movilizados” por X o Y partido o candidato, no necesariamente terminan votando por ellos. O sea, los llevan a las casillas y terminan votando por otra opción y esto ha hecho que se vuelva más impredecible atinarle a un resultado.

Lo que sí es un hecho es que los partidos más fuertes buscarán fragmentar los votos opositores para ellos tratar de salir avante, recordando que esta es una estrategia que alientan los operadores, apostándole al poder de movilización por tener a su alcance mayores recursos. Y en el caso de Victoria será precisamente la participación de candidatos con perfiles interesantes cada cual con sus respectivas particularidades, la que terminará de definir el resultado de la elección. Curiosamente muchos apostarán por llegar a ser la alternativa más fresca o la que mejor cautive al electorado, pero al hacerlo, estarán ayudando para que los más posicionados terminen ganando.

Los miles de votos que segura y justamente ganarán, no los hará ganar a ellos, (quitando los espacios que puedan obtener vía regidurías) pero sí a otro de los partidos con mayor arraigo o recursos. Diferente sería si terminaran formando un bloque opositor o que existieran acuerdos entre ellos, pero se ve difícil, ya que todos sienten tener los mejores espolones para dar la pelea y difícilmente terminarán cediendo. Aunque hay que decir que ya han existido reuniones privadas entre candidatos para fraguar alianzas por “debajo del agua”, aparentando ante la ciudadanía independencia, pero ya con un previo arreglo político entre las partes que en esto participan.

Los operadores experimentados le apuestan por hacer prevalecer sus conocimientos y experiencia mientras que los otros le tiran a congraciarse con los sectores ciudadanos vía el desgaste y/o hartazgo. Algunos tienen una enorme oportunidad de brillar acorde a las propuestas que presenten y otros, aunque las hagan o se las hagan, no les servirá de mucho ya que la gente ya tiene una idea preconcebida de tal o cual persona o partido y muy difícilmente cambiará en el periodo de campaña. Existirán enfrentamientos de pronósticos reservados y será muy interesante ver la reacción popular.

Unos desde ya rezan por que el abstencionismo sea factor, por esa displicencia ciudadana que permite que controlen mejor las cosas los sistemas establecidos y otros claman por que el hartazgo genere una oleada redentora a su favor. Será muy interesante analizar todo lo que suceda en estas elecciones, tomando sus respectivas anotaciones y lecciones para lo que será la elección del próximo año para la gubernatura del estado. Recalco que no me baso en las encuestas ya que muchas como dicen son radiografías del momento o trajes a la medida para quien las paga.              

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)