Año de miedo
El 16 de marzo es un día significativo en mi familia: es el aniversario de nacimiento de Ana Rosa. Y en especial, este lo tiene aún más: marca el principio del confinamiento de la familia, en atención a las disposiciones sanitarias respecto al covid-19. Hace un año, acompañado de mi esposa, fuimos a CdMx para estar con nuestra hija. Allá nos sorprendió el aviso de las autoridades tamaulipecas. Ya paso un año que, la verdad, ha sido de miedo, de angustia, para muchos, de dolor y pesar para otros.
Un año de miedo porque, a pesar de seguir y apoyar las medidas sanitarias, familias tamaulipecas, entre las que me ubico, sufrieron los embates del bicho. Dos de mis hermanos, menos que yo, fueron atacados; uno sobrevivió, resistió los embates y ya está plenamente recuperado; el otro, lamentablemente, fue atacado con furia, y bajo la guardia. Descansa en paz, a la diestra del Señor igual que otros y otros de la entidad, de la ciudad, del país.
PARADIGMA DE CONVIVIR.
Para resistir los embates del covid-19 la estrategia fue separarnos los unos de los otros, aislarnos en casa, para evitar los contagios; además, tener que cubrirnos la boca y usar gel antibacterial en las manos, si es que por cuestiones de trabajo, o por necesidad primordial, teníamos que salir… y guardar, como bien dicen, una sana distancia. Día a día veíamos como se incrementaba la estadística de contagios y de fallecimientos… y no veíamos la luz al final del camino.
Dejamos de hacer fiestas, de organizar reuniones de convivencia, tanto de amigos como de amigos; dejamos de darnos abrazos y saludarnos, así como de darnos besos en la mejilla como signo de afecto u amistad. Cambio nuestra forma de vida: las calles con menos gente; los cines y gimnasios cerrados, los restaurant y centros de fiestas. Unos, tal como somos los mexicanos, se arriesgaron y les valió… claro, unos y otros, que desafiaron al bicho ya son parte de las estadísticas… Hugo López Gattel pronostico, en principio, 60 mil fallecimientos y ya van casi los 200 mil. Ya no somos los mismos.
TEMOR E INCERTIDUMBRE.
Llevamos un año viviendo en la incertidumbre: nos levantábamos con el temor que, de pronto, aparecieran en nuestra vida las señales, los síntomas, del covid-19; salíamos a la calle, al súper o a hacer algún trámite bancario o burocrático con el temor de que, en esos lugares, alguien nos hiciera participe de su contagio. En lo personal, cada vez que escuchaba en las noticias, o me enteraba por las redes sociales, de que alguien festejo su cumple, su aniversario o tan simple de que convivio con familiares y amigos, pensaba: que irresponsabilidad social.
He visto, me he enterado, como familias enteras se han contagiado. De cómo han perdido a sus familiares; por las redes sociales nos enteramos como, amigos de aquí y de allá, han perdido a sus familiares. Y en ese ir y venir, una y otra vez, el Presidente AMLO, como Hugo López-Gatelll, nos repitieron. Repitieron… y se domo la pandemia, ya se aplano la curva, ya se ve la luz al final del camino. Y nada, los contagios diarios en promedio andan en 6 mil, llegaron a ser 12 mil. ¿Cómo serán después de las vacaciones de semana santa?
ALIVIO CON LAS VACUNAS.
Para ver la luz al final del camino solo había dos caminos complementarios: que las medidas sanitarias cumplieran su tarea y, gradualmente, fuera disminuyendo del daño en contagios y fallecimientos, cosa que no ha sucedido, en parte, por la misma población. La otra, la llegada de la vacuna, es que pregono Marcelo Ebrard, que cuantifico compras y que cuando llegaron las primeras dijo “Misión Cumplida” … y nada, que llegan a cuentagotas.
Ya empezó la vacunación, es ver la luz al final del camino. La cuestión es que va a paso muy lento. Porque no hay vacunas suficientes y, en algunos lugares, por deficiencias en la logística. Claro, además por los gandallas que nunca faltan. Ahora, la cuestión es de tiempo: ¿en cuánto tiempo estaremos todos los mexicanos vacunados? No lo sé, importa que ya se inició el proceso; si ya esperamos un año, prácticamente un año, para que llegara la vacuna… ahora pueden ser, para unos días, otras semanas o incluso varios meses.
NO BAJAR LA GUARDIA.
Pese a que ya inicio la vacunación, recomiendan no bajar la guardia. El esquema de vacunación tiene que ser completa, en dos dosis. Si ya recibimos la primera dosis, hay que esperar la segunda, como si nada hubiera pasado: siguiendo con las medidas precautorias, la sana distancia, el cubrebocas, el gel antibacterial y, entiéndase, no salir de casa si no es necesario… Nuestra vida ya cambio, unos perdieron el empleo, otros la vida.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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