Altamira, Tamaulipas. - Eran las tres de la mañana del miércoles cuando algunos vecinos de la calle Navarra, en el Fraccionamiento Las Haciendas Dos en Altamira, escucharon el desgarrador grito de una mujer, sin imaginarse que en la habitación de la casa marcada con el 330 Angélica y sus hijos, Vanesa y Alexis, eran asesinados con un arma blanca.

En la entrada hay unas veladoras prendidas y rastros de flores, las cintas de precaución colocadas por las autoridades están tiradas, mientras que en el pasillo aún está la ropa que Angélica tendió justo la tarde del martes.

La señora Nancy de Leija, explicó que Angélica era una madre soltera y trabajadora, que atendía a sus hijos y no se metía con ningún vecino, ni andaba en problemas, mientras que a los niños los catalogó como un par de angelitos que no eran groseros ni con su madre.

Relató que la última vez que la vio fue justamente la tarde del martes, cuando salió a tender su ropa y después a pasear con sus hijos, pues ese día era su descanso de la tienda de dulces en la que trabaja en la zona centro de Altamira.

"Mi hijo escuchó un grito, el de ella, eso fue entre las dos y tres, ya en la madrugada. Solo fue un grito muy fuerte. Nosotros no nos dimos cuenta, fueron los vecinos de allá atrás los que se dieron cuenta porque había un mal olor que salía de la casa", puntualizó.

Fue la tarde del sábado cuando los vecinos reportaron ante el 911 el olor a "muerte", por lo que familiares y autoridades ingresaron a la casa de interés social y en una cama matrimonial encontraron el cuerpo de Angélica boca arriba y casi cayéndose al piso, mientras que Alexis estaba encima de ella boca abajo y Vanesa estaba en un rincón con los ojos abiertos, todos entre un gran charco de sangre.

Se estima que fueron víctimas de su verdugo justamente la madrugada del miércoles, pues ella ya no se presentó a trabajar y tampoco se veía a los niños; los vecinos creyeron que se habían ido con algún familiar.

Personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado realizó el levantamiento de los cuerpos para trasladarlos al Servicio Médico Forense (Semefo) y hacer las pruebas de ley correspondientes.

La tarde de hoy lunes se hizo un breve velorio en una casa de la Calle Ocampo en la colonia Municipios Libres, después sus cuerpos fueron llevados al panteón del Ejido Benito Juárez de Altamira, donde entre llanto sus familiares y amigos les dieron el último adiós.

Las autoridades continúan con la investigación del caso, donde se ha hablado de tres sospechosos, sin que hasta el momento se pueda confirmar la versión; aunque los agentes no encontraron la puerta violentada, tampoco hay rastro de que se haya dado algún robo, se presume que el asesino era alguien conocido.

Por lo pronto decenas de vecinos recolectaron firmas e incluso la Colectiva Feminista "Mujer Manglar" se unió al grito de justicia, tanto para Angélica como para sus hijos de apenas cinco y ocho años de edad.

oal