Reynosa, Tamaulipas. - Durante la madrugada de este viernes, los restos de los 16 guatemaltecos que fueron asesinados y calcinados por policías en un paraje de la comunidad Santa Anita, en el municipio de Camargo, Tamaulipas, fueron repatriados a su país de origen.

Tras el arribo de un avión de carga al aeropuerto internacional La Aurora, las autoridades de ese país encabezaron las honras fúnebres.

Alrededor de la 1 de la mañana, 16 vehículos que trasportaban los restos de los guatemaltecos y custodiados por elementos de la Guardia Nacional ingresaron al Aeropuerto Internacional de Reynosa, colocando los ataúdes en un avión de carga.

Los familiares de las víctimas desde anoche se habían trasladado desde sus comunidades a la capital de Guatemala, para estar presentes en las honras fúnebres.

Según el gobierno de Tamaulipas, desde inicios de esta semana, servidores públicos del Gobierno de Tamaulipas y de la Fiscalía General de Justicia del Estado hicieron la entrega física y jurídica de los restos al embajador de Guatemala en México, Mario Búcaro Flores, en la ciudad de Reynosa, desde donde fueron trasladados los cuerpos.

También informó que el pasado 8 de marzo, una comisión integrada por 15 servidores públicos de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas de Tamaulipas y de la Fiscalía General de Justicia del Estado, viajaron a la capital guatemalteca para explicar directamente, y de manera puntual y específica, a cada familia el proceso llevado para la identificación forense y los registros utilizados.

Esa comisión estuvo integrada por psicólogos, trabajadores sociales, médico, antropólogo y genetista forense, así como asesor jurídico victimal y ministerios públicos, quienes atendieron los protocolos correspondientes en materia de derechos humanos.

Cabe recordar que el pasado 22 de enero, las autoridades tamaulipecas informaron sobre el hallazgo de 19 cuerpos que se encontraban sin vida y calcinados en dos vehículos en ese municipio fronterizo con Texas.

Tras las investigaciones, se determinó que 16 de ellos eran de origen guatemalteco y el resto mexicanos.

También 12 policías dependientes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal fueron detenidos y vinculados a proceso tras comprobarse el haber participado en la masacre. Ellos fueron acusados de homicidio calificado, abuso de autoridad, en el desempeño de funciones administrativas y falsedad en informes dados a una autoridad.