Un daño irreparable. Que hay detrás de esta pandemia
El día de hoy, baso mi columna para hablar sobre el reciente libro "Un Daño Irreparable: la criminal gestión de la pandemia en México", escrito por la Dra. Laurie Ann Ximénez-Fyvie, la cual es doctora por la Universidad de Harvard y es profesora e investigadora de Microbiología. Actualmente jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la Facultad de Odontología de la UNAM, además de una referente científica sobre la actual pandemia y el manejo de la misma en México.
(Editorial Planeta. Primera edición impresa en México: enero de 2021. ISBN: 978-607-07-7481-2)
Cita la doctora en el prólogo de su libro que [...] Este libro se originó de mi genuina preocupación por la crítica situación epidémica en México, así como de un sentido compromiso, personal y profesional para contribuir al mejor entendimiento de varios de los sucesos ocurridos durante el primer año de la pandemia de COVID-19, particularmente debido a las acciones que han permitido controlar los contagios en algunas partes del mundo y a las decisiones que, por el contrario, han llevado a otras a sumirse en algunas de las situaciones más dramáticas y devastadoras de las que se tenga memoria en el último siglo.
... No lo dijo con todas las letras, pero no hacía falta hacerlo. Cualquiera que sepa dos cosas de infectología, inmunología y hasta de epidemiología entendió con claridad lo que ese hombre estaba proponiendo, basándose en suposiciones que carecían de sustento científico alguno. Su mensaje fue: la enfermedad es solo una más de tantas infecciones respiratorias virales que se curan espontáneamente sin intervención, representa un riesgo minúsculo de muerte y confiere inmunidad protectora y duradera, de ahí que lo deseable y menos molesto para todos era simplemente dejar que la gente se infectara, para que en nuestro país se fuera conformando la inmunidad comunitaria, también llamada «inmunidad de rebaño»...
... jamás he pensado que haya dolo detrás de las acciones de López-Gatell.
Es cierto que el resultado de sus decisiones ha sido la muerte de miles de personas, pero nunca he pensado que matarlas haya sido su intención u objetivo. Simplemente se creyó más abusado que todos, pensó que la inmunidad comunitaria vendría pronto con pocas muertes y que con ello asestaría una contundente victoria, con la que jamás volvería a ser relegado.
Habiendo dicho lo anterior, hay acciones que, con o sin dolo, resultan imperdonables.
Por encima de cualquier otra cosa, en mi opinión, su incapacidad para rectificar y cambiar de rumbo son lo más imperdonable de todo.
Esa actitud demuestra no solo soberbia e indolencia, sino que también deja claro que su papel es político y no científico.
Ninguna persona de ciencia persiste en creencias o acciones que van en contra de la evidencia. Pero López-Gatell ha tenido otras actitudes. Por ejemplo, mientras que sigue pidiendo que la gente se quede en casa para evitar contagios, él hace lo contrario: para las fiestas de Año Nuevo, en uno de los momentos más críticos de la pandemia, viajó a las playas de Oaxaca. En las más que indignantes fotografías donde se le ve dentro del avión hablando por teléfono y sentando en una palapa de la playa de Zipolite, no lleva puesto el cubrebocas. Ese domingo 3 de enero de 2021, mientras LópezGatell vacacionaba, se reportaban 6 464 nuevos casos y 544 decesos.
Su derecho a vacacionar no se cuestiona, pero sí el símbolo que representa que la máxima autoridad en el tema sanitario decida exhibirse públicamente tomando vacaciones sin las medidas que él ha pregonado. ¿Dónde queda la congruencia y el respeto a los médicos que han trabajado jornadas extenuantes sin oportunidad de un descanso?
López-Gatell ahora vive las consecuencias de sus decisiones, las reporta a diario, sabe que más de 134 000 personas han muerto como resultado de ellas, y la pandemia no está siquiera cerca de concluir en México...
(Hasta aquí unos extractos del prólogo del libro citado)
TIEMPO PRESENTE:
Terminé de leer este afortunado y actualizado libro, que sale a la luz su publicación cuando en México ya se sabe de la aparición de la segunda cepa más letal y agresiva llegada a Matamoros Tamaulipas desde Londres, cuando el día de ayer 24 de enero, trasciende y estalla estrepitosamente, el propio Twitter del señor presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, donde acepta de su propia voz, haber sido contagiado por el peligroso virus del Covid-19.
De ayer domingo a esta mañana de lunes en que redacto mi columna, se ha hecho viral en medios y redes la supuesta o confirmada (sic) enfermedad del primer mandatario.
Lo que más resuena en mis oídos, es al leer el libro citado, que el vocero oficial del coronavirus, Dr. Hugo López Gatell, en marzo clamaba que el señor presidente era una fuerza moral, más no de contagio, y que se relacionaba al virus a una enfermedad que no vencía a los honestos.
Hoy, de ser confirmada la enfermedad del líder político, queda en entredicho y en el cajón de la basura, once meses de mañaneras y declaraciones contradictorias de ambos personajes.
Lo más triste, es ver la conducción del fin de semana de la gira presidencial, ya que por toda lógica, se estimaba que de traer síntomas de la enfermedad, obligaba a 'suspender la gira' y guardar reservas así como observación médica en lo que se daba el resultado de la 'prueba PCR'.
Pero esto no fue así, y se llevó a cabo una gira por Nuevo León y SLP, donde 'sin usar cubrebocas' se expuso a un buen número de personas al posible contagio.
A continuación, daremos un somero repaso al comentario anterior...
El político tabasqueño padece hipertensión, uno de los factores que pueden complicar la enfermedad.
El contagio de presidente se da a 14 días de que su vocero, Jesús Ramírez Cuevas, informara que también había dado positivo al virus SARS-CoV-2.
Este domingo, el presidente encabezó la inauguración de instalaciones de la Guardia Nacional en San Luis Potosí, evento en el que no utilizó cubrebocas. En ese acto público también estuvieron presentes la secretaria de Seguridad Rosa Icela; el secretario de Marina, José Rafael Ojeda, y el jefe de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio.
En los últimos tres días, el presidente se reunió con secretarios y empresarios.
El presidente sostuvo un evento en Nuevo León, al que acudió la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Más tarde, tuvo un enlace telefónico con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la que además de la traductora, estuvieron presentes el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard y el empresario y exjefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo.
En su gira de fin de semana, López Obrador visitó Nuevo León y San Luis Potosí. En ambos estados se reunió con los gobernadores Jaime Rodríguez Calderón, 'el Bronco', y Juan Manuel Carreras, así como el secretario del Bienestar, Javier May, la subsecretaria de Desarrollo Social y Humano, Ariadna Montiel.
También se reunió con la precandidata de Morena al gobierno de Nuevo León, Clara Luz Flores...
Por último, esta columna la escribo como una relatoría de hechos y cita de un libro. Reconozco que mi objetivo simple, solo es presentar una muestra de preocupación, y sin duda, mis mejores deseos de que se supere la enfermedad de nuestro señor presidente, así como esperar que muchos de los aquí citados no sean contagiados...
Jorge Alfredo Lera Mejía
Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).
Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.
Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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