Es culpa de “Juan” pueblo…
Una reciente plática me hizo reflexionar sobre nuestro entorno político y por ende querer escribir para levantar ciertos cuestionamientos para mis siempre respetados y más que estimados lectores. En este caso haré referencia al caso de Victoria, capital de Tamaulipas pero perfectamente sé que esto se ve y da en todos lados de una manera u otra. Este año que habrá elecciones en Tamaulipas y según el escenario prevaleciente se vislumbra una contienda competida, es bueno tomarse el tiempo para analizar aspectos peculiares de nuestra sociedad. Por ejemplo, un comentario que recientemente escuché a una persona que con gran desilusión expuso: “Que tristeza nuestra realidad, en verdad terminamos siendo meros espectadores o simples juguetes con los que el sistema político juega, nos quejamos mucho pero realmente poco hacemos para exigir cambios profundos”
Primero hizo hincapié sobre la falta de apertura de los partidos y el cómo se manejan por meros intereses cupulares y/o grupales. La persona decía que, si retrasábamos el tiempo 15, 20 o inclusive más años, parecía que las cosas siguen igual. Hizo especial referencia en diversos personajes que suenan para competir por la diputación Federal del V distrito. (Enrique Cárdenas, Felipe Garza Narváez y Oscar Almaraz) “¿En verdad no hay más personas preparadas, para eso es lo que nos alcanza siempre? Si nos vamos años atrás son los mismos de siempre, en verdad que tristeza saber que como sociedad somos tan dejados y maleables o por qué no decir, tan pendejos”
En este caso independientemente de la valía y el personal respeto por los antes mencionados y quitando inclusive sus nombres y poniendo otros, el argumento si es más que real. Sabemos que los partidos o la “clase política” prefieren mantener entre unos cuantos el poder y entre ellos hacer y deshacer. No gustan de diversificar el pensamiento y el proceso de toma de decisiones, al final del día se centraliza el poder y se trabaja conforme a los intereses de los que lo detentan. Imposiciones, impunidad y tantas cosas que sabemos que pasan y no nos gustan pero que siguen pasando por que nada se hace. Los colores son lo de menos en estos menesteres, la búsqueda por la permanencia en el poder es lo que finalmente los mueve, nunca generaliza uno pero entonces tendría que preguntar ¿si alguno de ustedes (lectores) pudiera darme un ejemplo de un organismo político en donde esto no se ve?
Muchos dirán que la política así es y si en verdad creen en esa afirmación entonces tendríamos que también afirmar que por eso estamos tan jodidos. Podemos patalear, gritar, quejarnos entre amigos, pero si esto no se traduce en acciones concretas de cambio las cosas seguirán igual. Y si, nos guste o no como bien dijo mi amistad, en verdad termina siendo culpa de “Juan” pueblo. Como a la mujer que le pegan, pero justifica al violento marido, la misma que triste o ingenuamente piensa que un día el sociópata verdaderamente cambiará mientras pasan los años y sigue siendo víctima de sus abusos. La sociedad seguirá viendo y recibiendo abusos mientras lo permitamos y si estúpidamente lo justificamos pues peor. Si expongo que “tenemos lo que nos merecemos” ¿es una falsa afirmación?
¿Qué tanto será suficiente? Dice el dicho que tanto va en cántaro al agua hasta que se rompe, y si puede ser, pero parece que a nuestro cántaro todavía le faltan muchas ahogadas en el agua.
Reflexión
Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen.
-Willy Brandt-
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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