Yo también tengo un sueño…
Al ser el tercer lunes de enero, en E.U. se celebra el día de Martin Luther King, personaje en nuestra historia universal que vio una gran injusticia y decidió hacer algo al respecto. Aunque su vida y sus actos se llevaron a cabo en otro país, la esencia de su mensaje trasciende barreras y tiene resonancia en todo nuestro mundo, habrá que decir que tristemente porque racismo e injusticia se ven en muchos rincones. Solo en el presente veamos la situación precisamente de Estados Unidos, un divisionismo muy fuerte exacerbado por un presidente de cepa racista, que ha incitado un sentimiento de supremacía anglosajona. No es algo nuevo en la nación que enaltece la libertad y la democracia y es algo que lamentablemente habla de un estancamiento moral y espiritual de nuestra humanidad.
En nuestro país también sucede, existe un racismo de clases sociales, ideas separatistas aún no tan marcadas como en otros lados pero si muy enraizadas en nuestra sociedad. Una desigualdad y permisividad que debería darnos gran vergüenza y es por ello que las palabras del Dr. King resuenan en mi corazón y que hasta la fecha tienen gran sentido. Lo siguiente es un extracto de su famoso discurso “I Have a Dream” (Yo tengo un Sueño)
“Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador…
Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Luisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.
Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano. Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales."
Y en ese tenor, inspirado y en honor por este excepcional e idealista ser humano expondré hoy mi propio sentir emanado desde el fondo de mi corazón y como un homenaje a un legado pero sobre todo para que la flama de la justicia, decencia y equidad nunca se apague.
Yo también como él tengo y siempre he tenido un sueño:
Sueño que en mi vida pueda ver una sociedad más justa, sueño que un día podamos verdaderamente vernos todos como hermanos, no dependiendo del color de tu piel, la etnicidad, “status social” o las creencias de cada cual, me imagino un mundo en donde el amor sea tan grande que no quede resquicio en nuestros corazones para odiar o desear incitar confrontaciones personales y mucho menos guerras. Deseo que en mi persona prevalezca siempre la humildad y empatía para continuamente ayudar al prójimo y unificar criterios sociales para el verdadero beneficio de todos y no solo de unos cuantos.
Sueño en trabajar tan arduamente y que aun que mis acciones representen un grano de arena en una gran playa, puedan ayudar a la consecución de la paz y harmonía que tanto necesitamos. En mi mente veo y sueño a un México más progresista, una nación que comprenda que la grandeza siempre ha sido parte de nuestra historia pero que finalmente todos reconozcamos que hemos insistido en desalentar el verdadero desarrollo, adoptando maneras más viles de comportamiento y enalteciendo prácticas tan deleznables y traicioneras como lo son la corrupción e impunidad. Abro mis ojos todos los días deseando que otros tantos también hallan estado soñando sus propios sueños de hermandad y justicia social y que un día unifiquemos todos nuestros criterios en beneficio de la humanidad y no de la opacidad y avaricia de unos cuantos en detrimento del bienestar de los muchos.
Sueño y sigo soñando a pesar de las burlas de los incrédulos que piensan que soñar así es infructuoso y que más vale dinero y opulencia económica mal habida a una tranquilidad espiritual, enalteciendo siempre la moralidad y ética. Sí en efecto, he sido, soy y siempre seguiré siendo un soñador que acompaña sus sueños con hechos y que sabe perfectamente que tiene que incrementar su activismo para verdaderamente saber que di todo de mí, y no lamentarme por haber podido hacer más y no haberlo hecho. Yo también tengo un sueño y espero ustedes tengan y sueñen el suyo.
Reflexión
“Nunca me arrepiento de pensar que puedo volar, porque al hacerlo levita mi mente”
-Jorge A. Infante Alarcón-
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ