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Bebé muere por Covid-19 en Matamoros; acusan padres que fue infectado en hospital

A más de 70 kilómetros de distancia de Matamoros, en la isla no se explican el contagio, ya que es una comunidad en la que solo habitan pescadores y son nulas las visitas de personas que no forman parte de ella
Por: Marco Rodríguez /Matamoros El Día Miercoles 06 de Enero del 2021 a las 10:23

La tarde de este martes fue sepultado en el Panteón San Isidro, del Poblado Higuerillas, el más pequeño de la familia Morales Vicente
Autor: Marco Rodríguez/Matamoros
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Matamoros, Tamaulipas. - El pasado 14 de diciembre Gabriel Morales Vicente, con 3 meses de nacido, fue internado en el Hospital General “Dr. Alfredo Pumarejo” a causa de convulsiones, más tarde, el 4 de enero del 2021, falleció en la unidad de pediatría, pero de covid-19, que contrajo al ser atendido en el nosocomio, de acuerdo a lo que denuncian sus padres Carlos Morales Garcés y Angélica Vicente.

La tarde de este martes fue sepultado en el Panteón San Isidro, del Poblado Higuerillas, el más pequeño de la familia Morales Vicente. Este martes, el cemento que se colocó a la tumba aún seguía fresco como la mezcla de sentimientos que pasan Carlos y Angélica, familiares y habitantes de las Islas Malvinas, donde residen.

A más de 70 kilómetros de distancia de Matamoros, en la isla no se explican el contagio, ya que es una comunidad en la que solo habitan pescadores y son nulas las visitas de personas que no forman parte de ella.

Sentada sobre una silla de plástico, a unos metros de la Laguna Madre, Evangélica señala que Gabriel, a quien se bautizó así en honor al médico que la asistió durante su gestación, fue sepultado con algunos de sus juguetes.

En la casa aún está la mecedora donde se le colocaba y una especie de cuna elaborada con un marco de madera y una bolsa para colocar al recién nacido. La mujer abre el ropero y observa la ropa del niño, toma una pañalera de color naranja y no puede evitar deshacerse en llanto, antes habría dicho que donaría todas las cosas.

Su esposo, Carlos, de oficio pescador, la consuela, le habla en voz baja para tratar de animarla, los dos han contado la historia de la muerte de su hijo y concuerdan que ha sido por la falta de medidas sanitarias y atención médica en el hospital.

“Me dicen (los doctores) que lo sienten, yo digo que eso es negligencia médica porque nunca lo atendieron cuando uno les hizo el llamado y espero que ningún padre pase por esto porque es muy difícil”, expresa con dolor Angélica.

 

SIN RESIGNACIÓN

 

Gabriel fue un bebé planeado, nació el 28 de agosto del año pasado y en los exámenes de rutina destacó su buen estado de salud, aunque después de un mes y medio presentó convulsiones.

Estuvo bajo un tratamiento, pero la madrugada del 14 de diciembre el menor empeoró y, ante la falta de ambulancias, salieron de la isla en su lancha y después abordaron un vehículo para llegar al Hospital General “Dr. Alfredo Pumarejo” donde fue internado.

“Mi hijo llega muy mal, me pidieron autorización para cortarle lo que es la parte del cuello para ponerle el catéter. Lo autoricé, estoy consciente, lo ingresaron al área de Pediatría, fuera de covid-19”, afirma la madre.

Después de una semana, Gabriel fue intubado y poco a poco comenzó a responder al tratamiento. En ningún momento de ese periodo se informó a los padres que el niño padecía coronavirus.

Más tarde sería extubado al grado que pudo respirar y comer por sí solo, lo que representaba una mejoría.

Hubo una luz de esperanza después del ajetreo de vender una lancha para pagar los gastos acumulados porque el gobierno no se hizo cargo y pernoctar afuera del hospital con los dos hermanos de Gabriel.

 

UNA MALA NOTICIA

De pronto la salud del bebé de tres meses vuelve a empeorar y tiene que ser de nueva cuenta intubado, aunque momentos antes le habían informado que la salud de Gabriel era estable y que lo darían de alta.

“Me dicen: su hijo fue diagnosticado con covid-19, lo vamos a pasar a Pediatría covid-19. Pido los resultados (del examen), dicen que en ese momento ellos nos los tienen”, señala.

Evangélica, que unas horas antes había enterrado al tercero de sus hijos, no recuerda la fecha en que sucedió, solo sabe que tuvo que ingresar al área de la unidad donde se atiende a niños con el virus.

“Para mí que fue ahí donde se infectó porque mi hijo desde que salió de aquí nunca presentó temperatura, ni ningún tipo de tos o gripe”, denuncia la madre que durante la pandemia sostuvo los cuidados necesarios con su familia para evitar ser víctimas.

La confusión, la desesperación, el anhelo de que su hijo se recuperara, era su único pensamiento. A veces le llevaban comida, a veces se les olvidaba, su esposo encontró la manera de proporcionarle alimento.

“Dan las tres de la mañana antes de que falleciera, le hablo a una enfermera en turno y le digo que el niño ya echaba saliva por la boca, que eso a mí no me parecía normal. Ella les avisa, sale del turno y entra un enfermero y le digo lo mismo. Él va y les avisa, pero lamentablemente nunca vinieron a checar al niño, nadie, ningún doctor se presentó”, recuerda.

Solo había un médico ese día, era 4 de enero, entre el mediodía y la 1:00 de la tarde llegaron a observar al bebé, ya no tenía signos vitales.

El enfermero intentó reanimarlo, pero era tarde, ya había partido.

 

EXIGEN MÁS CUIDADO

 

La pérdida es irreparable, Carlos, el padre, navegando sobre la Laguna Madre se resigna a que nada devolverá a su pequeño, pero de manera enérgica pide que se tenga más precaución en el área de Pediatría, que los doctores y enfermeros no acudan si han estado en la unidad de covid-19.

“Fue una negligencia, no me lo van a devolver, pero lo que quiero es darle a saber a la gente o al gobernador, o lo que sea, que tengan cuidado. Si saben que en pediatría los tienen aparte y que, si son puros niños que por eso deben estar enfermeras libres de enfermedad, no que salen de covid-19 y vienen a atender acá. Ahí sí está muy mal”, señala.

Insiste que su hijo no llegó con el virus al hospital porque ninguno en la familia ha tenido síntomas.

“Más seguro que se infectó en el hospital porque él estaba sano, se recuperó muy bien y de ahí vuelve a convulsionar. Lo pasan al área de covid lo dejan de desatender”, pronuncia.

De nueva cuenta pide que no se permita que los doctores, que atienden en la unidad móvil de atención a pacientes con coronavirus, se pasen a otras áreas donde se encuentran personas que están libres de la pandemia.

Ahora, Angélica y Carlos se disponen a cuidar de sus dos hijos, ya nada volverá, ni devolverá, solo queda seguir y mantener en el recuerdo a Gabriel que a sus cuatro meses y seis días falleció.

“Que se cuiden y que no tengan miedo, que pongan mucha atención en sus hijos. No es culpa del gobierno, a veces hay gente que sí te ayuda. Las negligencias son de los médicos porque no acuden cuando uno les hace la llamada”, finaliza Evangélica Vicente.

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