Ayer Mary Hernández Rangel me llamo por teléfono, estaba con papa quien tenía de visita a Raúl, uno de sus mejores amigos en Campoamor. La conversación telefónica duro pocos minutos, pero fue suficiente para llevarme a la reflexión. Y es que, pensaba y pensaba, sobre que escribir. Y es que, en los últimos días del año, esa fue una reflexión: hay mucho de que escribir, efectivamente, como me dijo Juan García Guerrero… pero uno, en serio, a veces no halla de que escribir. Que lo sientas, dijo otro.

Mary me hizo recordar que cada uno de nosotros, al ser personas de fe, tenemos en este mundo un trabajo que hacer. Recordando sus últimos días del año, los múltiples acontecimientos que vivió, la boda de su hijo, el fallecimiento de su esposo, su accidente, la llevo a una conclusión de vida: ¿Qué es la vida? ¿Qué debemos hacer con ella? ¿Qué es lo correcto o lo incorrecto? Es una pregunta que, la verdad, todos debemos de hacerlos: ¿Qué hacemos con nuestra vida?

UN INSTANTE ES SUFICIENTE.

La vida, de unos y otros, nos ha enseñado que el tránsito de la vida a la muerte puede ser solo un instante. Obvio, no es mi experiencia, pero entre las pláticas de amigos, cuando alguien cercano fallece, a veces la expresión es: Gracias a Dios, no sufrió. Y es cuando alguien muere de una manera inesperada, por lo regular un paro cardiaco, un paro respiratorio o de un accidente, de esos que la muerte llega rápido. Distinto, entiéndase, de aquel que está en el hospital días, semanas y hasta meses, hasta que fallece.

Ahora con el covid-19 a muchos nos ha cambiado la vida. Veíamos, bueno leíamos, de cómo a unos y otros un familiar o un amigo los dejaba, hasta que la experiencia se vive en carne propia. Hace una semana falleció Natividad Hernández, un viejo amigo, trabajaba en la clínica del ISSSTE y su primo, mi hermano por elección, me dijo: solo duro una semana. Y si, ese es el caso, lo viví con uno de mis hermanos: se sintió mal, lo atendió su jefe, medico, a los tres días tuvieron que internarlo y, ahí en el Hospital Regional, solo estuvo tres días: un paro respiratorio… Nadie, nadie, de la familia se pudo despedir de él.

DISFRUTAR LA VIDA.

En más de una ocasión, más de uno, repite una expresión: vívelo como si fuera el ultimo día de tu vida. Y, efectivamente, estoy convencido, así debemos vivir cada uno de nuestros días. Disfrutando lo que nos gusta. Un buen tequila, una buena cerveza oscura, una buena conversación con un mejor amigo… pero, sobre todo, disfrutar la presencia de nuestros seres queridos: nuestros papas, nuestros hermanos, sobrinos… y claro, nuestra esposa e hijos, y de los nietos…yo disfruto la presencia de Benito.

No es fácil hacerlo. Y todo porque, quiérase o no, todos tenemos problemas. A veces son económicos, otras veces son laborales e incluso interpersonales con nuestra familia o amigos. Hay que aprender, sin embargo, que los problemas si no están a nuestro alcance resolverlos, pues ni modo. Por otra parte, soy creyente y de una fe firme, por eso estoy convencido de que Dios, el Gran Arquitecto del Universo, nos pone pruebas y nos da evidencias de bendición o protección. Todo, eso sí, en el momento justo.

PREPARARNOS PARA MORIR.

Mary llego a una conclusión a la cual, en lo particular, llegue hace tiempo. Un día me preguntaron cuál era mi deber para con Dios. Y, desde entonces, estoy convencido de que nuestra vida es mejor en la medida que dispones de una actitud positiva hacia los demás: de solidaridad, de compañerismo, de cooperación, haciendo a un lado el egoísmo y las actitudes protagónicas. Aprendí que todos, pero todos, debemos estar preparados para morir… claro, no todos lo aceptan, piensan que nunca van a morir.

En unos planos morir tiene otro significado: morir, por decir, a la ignorancia, al egoísmo, a la vanidad, a la gula, al fanatismo y a la intolerancia. En fin, dejar morir todas aquellas actitudes qu son negativas y que nos convierten en malas personas, para vivir en la fe, la esperanza, la caridad, la tolerancia, la libertad. Vivir a plenitud es la felicidad, esa que Dios nos concede como recompensa a nuestra forma de vida.

Feliz año 2021.

Melitón Guevara Castillo

Licenciado en Administración Pública (UAT),  Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).

Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).

Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.  

Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.