El día de ayer me dispuse a limpiar de una vez por todas la bandeja de entrada de mi correo electrónico, en Hotmail, desde mi smartphone. Sólo que para poderlo hacer tenía que investigar primero cómo se podían borrar los mensajes, pero no de uno en uno, sino varios al mismo tiempo.

Busqué en Google, posteriormente tuve que ver tutoriales hasta que por fin logré aprender a eliminar los correos.

Primero eliminé 500, enseguida 700, 560, 88, 98, 97 y así siguieron apareciendo más correos, es decir, los que pertenecían a fechas anteriores.

Desde el día 4 de abril del 2016 hasta el día de ayer, 21 de diciembre del 2020, eliminé un total de seis mil correos en la bandeja de entrada. A esa cifra se suman otros miles entre los correos enviados y correos no deseados.

Esta tarea de limpieza cibernética me dio la oportunidad de encontrar algo valioso en la bandeja de entrada: descubrí varios archivos de diseños para mí muy valiosos, sobre portadas de mis libros, póster, boletos, etcétera; y esos fueron los únicos correos que se quedaron en la bandeja de entrada.

El 90 por ciento de esa información la enviaban dos instituciones como boletines de prensa. Tuve que enviarles un correo explicándoles que ya no era necesario que se molestaran por mandarme la información, que muchas gracias por haberme mantenido al tanto con estadísticas y eventos.

No es que me esté aislando de los grupos o de ciertas instituciones, lo que pretendo hacer es una limpieza general de mi información; voy a comenzar a organizar mejor los contactos; voy a seleccionar mejor mis grupos; pienso ordenar la información en mis redes sociales.

En la medida en que uno va aprendiendo a usar tal o cual red social, o cuando uno comienza a descargar apps (aplicaciones), por lo regular siempre escribimos datos personales, como correos electrónicos y contraseñas.

Y el tiempo se pasa, luego toda esa información no la actualizamos, es decir, no cambiamos contraseñas ni eliminamos correos electrónicos o cuentas que ya no usamos lo cual a la larga pudiera ocasionarnos algún problema.

Como me pasó hace tiempo, que mi cuenta de Twitter alguien la estaba usando y yo sin darme por enterado. No me di cuenta porque había dejado de usarla. Por fortuna, me llegué a acordar de la contraseña y la cambié.

La limpieza y orden que les estoy dando a mis redes sociales como a mis cuentas de correo electrónico (Hotmail y Gmail), la empecé hace días y créanme, llego a pensar que no es posible que haya permitido tanto desorden, tanto acumulamiento de información innecesaria.

Simplemente no es posible que haya eliminado aproximadamente ocho mil mensajes de correos electrónicos, pero ya me siento un poco más tranquilo. Lo que sí es necesario hacer es estar al tanto de las actualizaciones de las contraseñas.

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.