Cosas de los indios
Una de las tareas más apremiantes de los españoles cuando lograron el triunfo sobre Tenochtitlan, fue destruir sus grandes templos. Durante el tiempo que duró la conquista espiritual y la época colonial, muchos vestigios del mundo indígena fueron destruidos; otros fueron condenados al abandono; otros más fueron enterrados: todo con el fin de que el olvido hiciera más fácil la vida en la Nueva España. Los primeros interesados en conocer y explorar el mundo precolombino fueron los frailes evangelizadores de la temprana época de la conquista espiritual. En su empeño por descifrar la enigmática cultura, se entregaron a su estudio y escribieron tratados que a la postre permitieron comprender gran parte de la vida indígena, como el caso de fray Bernandino de Sahagún que en su Historia general de las cosas de la Nueva España, recoge en 12 libros mucha de la tradición indígena, con temas que hablan de los dioses que adoraban, calendario, fiestas, ceremonias, sacrificios, astrología jurídica, pronósticos, retórica, filosofía moral, teología, dinastía de reyes, costumbres, creencias, modos, oficios, leyes, mercaderes, metales, vicios, virtudes, propiedades de plantas y animales; es un inventario que el fraile reúne a través de su convivencia con los indígenas en un valioso aporte al patrimonio cultural de México, donde a través de él se pueden conocer muchos de los modos de la vida indígena mesoamericana precolombina.
Aunque es un libro valioso como parte del patrimonio cultural intangible, no vio la luz hasta 1829, cuando se publicó por primera vez y cuyo original se conservó desde el siglo XVI en la librería de padres franciscanos de Tolosa de Navarra, España. Es de suponer que su publicación responde a la necesidad de encontrar en la vida indígena precolombina parte de la identidad mexicana que los hombres del siglo XIX buscaban después de lograda la independencia de nuestro país. Carlos María Bustamante fue el responsable de su primera edición la que acompañó con notas y se la dedicó al Papa Pío VIII enviándosela acompañada de una carta: “que por su lectura se percibe cuanta fue la sabiduría de los antiguos indios mexicanos, cuanta su humildad y dulzura, al mismo tiempo que su ferocidad en cuanto a la superstición e idolatría.”
Después le explica que la Iglesia mexicana está carente de sacerdotes lo que puede provocar que muchos indios a falta de la guía religiosa sean seducidos a regresar a sus antiguas idolatrías “a los días tenebrosos de su gentilidad”. Pide pues que provea con generosidad las necesidades espirituales de los seis millones de fieles mexicanos “olvidándose que es príncipe temporal, y que tiene relación política con varios soberanos de Europa, que miran de mal ojo nuestra instituciones republicanas”. Hay que tener en cuenta que para el año en que vio la luz el libro de Sahagún la mayor parte de los países europeos no habían reconocido a México como nación independiente. De tal forma que la publicación de este libro tiene entonces dos propósitos, el primero que es reconocer un rico pasado indígena como nación y el segundo darle a conocer al mundo la herencia y origen de la patria mexicana. Sin embargo, aun en esa nueva patria republicana se seguía asumiendo que las creencias religiosas indígenas eran una cuestión diabólica ya fuera por el aspecto de sus deidades o por la práctica de sus ritos que implicaban sacrificios humanos. La Historia general de las cosas de la Nueva España es un testimonio cuidadoso de la vida indígena, su pensamiento y costumbres, una extensa variedad de curiosidades que nos adentran en un mundo desconocido y ajeno para el mexicano de hoy, pero que al mismo tiempo nos muestra el mundo propio, antiguo e íntimo del pasado indígena que la conquista española quiso sepultar, pero que fracaso en su intento, tanto cuando el libro vio la luz como en cada ocasión en que encuentra un lector.
E-mail:claragsaenz@gmail.com
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ