Vender sin prejuicios
Mi situación como la de todos, es diferente; mi circunstancia como la de todos, es diferente. Cada uno tiene una responsabilidad con la sociedad, con la familia, pero, sobre todo, consigo mismo, de tal manera que somos nosotros, soy yo, el que tiene que buscar la manera de salir adelante en la vida y una de las formas razonables la cual considero que es apropiada, es la de hacer uso de la creatividad.
En otras palabras, sería como decir que tengo que hacer uso de la capacidad de pensar para crear, en este caso, escribir y vender mis propios libros.
Lo primero que he tenido que hacer es eliminar prejuicios; después he tenido que reprogramarme, pues no quiero andar caminando por el mundo pensando en que la gente dice que esto es así, cuando en realidad puede ser de otra manera.
Que yo ande vendiendo mis libros en la calle, o tocando puertas en las empresas o con la gente ¿por qué habría de darme pena andarlo haciendo?
Hace unos días me levanté muy temprano, almorcé y salí a la calle a vender mis libros. Todavía no daban las nueve de la mañana cuando al pasar por un estacionamiento vi que de una camioneta lujosa se bajaba un empresario. Me acerqué a él con la intención de presentarme y poder ofrecerle un libro.
El empresario apenas había abierto la puerta de su camioneta, cuando enseguida se bajó y me dio la oportunidad de que le mostrara mis libros. El señor me compró los dos libros que le mostré y que él traía en las manos.
Luego de darle las gracias me retiré muy contento.
Hay un libro cuyo título dice: “Por qué fracasan los países”, es de Daron Acemoglu y James A. Robinson, no voy a hablar de ese libro, sino de la importancia que tiene el sentido del título, que al aplicarlo en el sentido de mi reflexión, sería, por ejemplo: por qué fracasan las personas.
Y el hecho de preguntarse por qué fracasan los países y/o las personas, nos pone a qué pensar.
No es lo mismo ver un país derrotado, que un país fracasado. Alemania y Japón son uno de los ejemplos más notables del mundo, pues fueron cruelmente derrotados en la Segunda Guerra Mundial. El día de hoy son una de las grandes potencias mundiales.
Pero eso no quiere decir que Alemania y Japón fueran antes de la guerra unos países fracasados.
Las palabras ‘fracaso’ y ‘derrota’ son totalmente opuestas, aunque pareciera que son lo mismo.
Se escucha muy fuerte decir “fulano de tal es un fracasado”; en cambio si decimos: “Alemania se levantó en pocos años luego de su derrota ante los países aliados”, ¿no creen ustedes que las palabras ‘derrota’ y ‘fracaso’ tienen un sentido diferente?
Considero que no se podría luchar en guerra contra un país fracasado; se ha de luchar contra un país poderoso para que la victoria quede registrada en la historia.
Si de algo me ha de servir pensar en esas reflexiones, entonces prefiero seguir en mi empeño por vender mis propios libros, sencillamente porque no me agrada pensar en fracasos, sino llegar a reflexionar como dijo Charles de Gaulle: “Francia ha perdido una batalla, pero no ha perdido la guerra”.
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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