Mamá: ¡Feliz Cumpleaños!
Hoy mi mamá cumple 81 años. Y a ella, el covid-19, ya le cambio por completo el panorama y no haremos, como año tras año, la reunión familiar ahí en su casa; ahí, todos sus hijos y sus nietos y bisnietos, nos reuníamos para compartir el pan y la sal, para convivir y partir un pastel. Ahora, será diferente, y ella lo sabe: el covid ya hizo daño, mucho daño, a mi familia.
Mamá está viviendo, igual que nosotros, una cotidianidad diferente. Desde marzo, hagan de cuenta, que no sale de casa; y nosotros, sus hijos, no la visitamos y si vamos es para dejarle algo que nos pidió. Yo, por ejemplo, domingo tras domingo le llevo barbacoa para su almuerzo, que comparte con uno de sus hijos, que vive con ella y la cuida.
MADRE EJEMPLAR.
Mamá nació un 11 de noviembre hace 81 años en un ranchito, cercano a Cieneguilla, allá en Tula. Tiene, pues, raíces tultecas. Es hija de José y María: José Castillo Vázquez y de María Hernández Maldonado. Vivió poco tiempo en el altiplano, sus padres emigraron a Padilla, en específico, a Campoamor: un ejido, como tantos, donde la pobreza obligaba a trabajar de sol a sol para sobrevivir.
Mamá es de la generación que no conoció la planificación familiar: procreó a nueve hijos. Y a mediados de los 60s emigro a Victoria para que sus hijos estudiaran. Lavó y planchó ropa ajena, por años, para completar los gastos mínimos de la casa, porque lo que ganaba papá como jornalero no era suficiente para mantener a sus hijos en la escuela y, obvio, alimentarlos.
FIESTA ANUAL.
Año tras año la privada de la colonia Emiliano Zapata se ha convertido en un punto de reunión. Conocemos y nos conocen los vecinos y mamá interactúa con ellos. Así que, el día de su cumpleaños, de siempre, era un día de fiesta. Uno u otro, la lleva a almorzar o a comer y por la tarde-noche, todos nos reuníamos en su casa… prender el carbón, asar pollo y carne, así como saborear frijoles charros y que de repente, uno de sus yernos, llega con el fara fara.
Felicidad, alegría sin igual, que solo nace por el amor a una madre, pero sobre todo, como una respuesta al amor y cuidados que, hasta la fecha, sigue prodigando a sus hijos, nietos y bisnietos. Los niños, con su gracia y con sus travesuras, le hacen el día y ella, con una sonrisa y unos ojos llenos de vida, les sigue el juego… Pero, todo esto, hoy no será posible: el covid cambio todo.
FESTEJOS DE CUMPLEAÑOS.
El covid-19 ha cambiado la vida de todos. Quienes cumplen años lo hacen notar en las redes sociales; de que ya no es igual que antes y en la imagen, por lo regular, está el o la cumpleañera con el pastel y la velita: reuniones, digamos, estrictamente familiar… claro, no se puede negar que hay otros, si, otros, que de manera irresponsable han realizado fiestas de cumple, quinceañeras o hasta bodas.
Mamá cumplirá sus 81 años de manera muy diferente al año pasado. Bien que sabe el daño que el covid-19 ya hizo a muchas familias: dos de sus hijos fueron afectados y, uno de ellos (Erasmo) falleció. La familia, en otras palabras, ya no está completa. Y, precisamente, esa coyuntura es la que nos indica que no debemos bajar la guardia… el covid-19 aún no se va y ya, incluso, hay rebrotes y en Victoria no se diga.
¡Feliz cumpleaños mamá!
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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